Una noticia tan aterradora como surrealista ha conmocionado a la ciudad de Milwaukee, en Wisconsin, Estados Unidos. Un vecino, Travis Stackhouse, de 29 años, ha sido acusado de asesinato en primer grado por golpear hasta matar a su hijo de cinco años.
El presunto parricida entró en cólera al descubrir que sus hijos pequeños se habían comido el último trozo de una tarta que su familia le había regalado por el Día del Padre, según informa el NY Post. En un primer momento, el hombre aseguró ante los agentes que el pequeño se había caído por las escaleras, pero más tarde reconoció su culpa y contó que golpeó al niño en el estómago y en la cabeza, causándole graves lesiones que le provocaron la muerte.
Las sospechas sobre la autoría del crimen se levantaron cuando los médicos atendieron al niño y vieron que las lesiones que presentaba en los ojos, labios y el esternón no eran provocadas por una caída. Fueron ellos quienes avisaron a la policía de que el pequeño había sufrido una agresión. En este momento, uno de los hermanos de la víctima declaró a la policía que el agresor utilizó un martillo para golpear al menor.
Podrían condenarlo a 60 años de cárcel
Lo cierto es que Travis Stackhouse ya tiene un largo historial de maltrato. De hecho, según admitió él mismo ante los agentes que lo detuvieron, su novia ya le había suplicado que "dejara de golpeal a los niños tan violentamente".
Tras el transcurrir de los acontecimientos, el individuo de 29 años está acusado de asesinato en primer grado por matar a uno de sus hijos. Por el momento, según asegura el medio estadounidense que ha dado la noticia, el presunto parricida permanece recluido en la cárcel del condado de Milwaukee con una fianza de 25.000 dólares. Además, podría enfrentarse a 60 años de prisión en el caso de ser definitivamente declarado culpable por el asesinato del pequeño.