El Consejo Interterritorial de Salud, con representación de las Comunidades Autónomas y el Ministerio de Sanidad, ha acordado eliminar prácticamente por completo el último vestigio de la pandemia del coronavirus: la mascarilla.
No será necesaria para acceder a una farmacia, ni en las visitas a los centros de salud, hospitales o residencias de mayores, así como cualquier centro de carácter sociosanitario. Tan solo se recomendará su uso, pero no será obligatorio.
A pesar de todo, las autoridades de los centros tendrán capacidad de exigir el uso de mascarillas en zonas restringidas donde pueda haber pacientes inmunodeprimidos, como unidades oncológicas o quirófanos y UCIs, donde se han utilizado en todo momento.
Madrid se muestra discordante
El ministro de Sanidad, José Miñones, ha consensuado la decisión en el Consejo Interterritorial de Salud antes de llevarla al Consejo de Ministros. Será entonces cuando se fije una fecha para la retirada.
La Comunidad de Madrid ha variado su posición, a pesar de que ha representado la nota discordante en todo momento. Fue la primera en exigir la retirada de estos elementos en farmacias y centros sociosanitarios, pero ahora ha criticado la medida al considerar que representa una medida electoralista.