El uso de la mascarilla es una de las medidas más importes en la lucha contra la pandemia del coronavirus, ya que reduce sustancialmente el riesgo de propagación del patógeno.
Sin embargo, el uso de las mascarillas también implica seguir una serie de normas con el objetivo de evitar otros problemas añadidos. Entre ellos: hacer descansos cada hora, en los que poder tomar oxígeno y ventilar el rostro.
Los especialistas médicos del hospital Vithas Xanit Internacional de Benalmádena (Málaga), destacan: "Lo ideal, desde el punto de vista respiratorio, es que cada hora, o incluso cada 45 minutos, se haga un pequeño descanso de cinoco o diez minutos, retirando la mascarilla y, si es posible, descansar entre 30 y 60 minutos después de una jornada de cuatro o cinco horas de mascarilla", señala Gustavo de Luiz, jefe del servicio de Neuomología del centro.
Con ello, permitimos que la piel descanse después de tanto tiempo expuesta a un tejido que, con la respiración, termina húmedo, lo que supone un foco de hongos y bacterias que podrían contaminar nuestra piel (llegando a generar enfermedades como la dermatitis), pero también nuestro sistema respiratorio.
En este sentido, es importante cumplir con las recomendaciones de uso de cada mascarilla: "En el caso de las quirúrgicas, tienen que ser desechadas después de un uso continuado de cuator horas; con las higiénicas hay que seguir las recomendaciones del fabricante, que suele especificar el tiempo durante el cual es efectiva, pero independientemente de ello, tienen que ser lavadas a diario y, en el caso de tener filtros, deben de ser sustituidos todos los días".
Ese cambio siempre se debe realizar en función de los plazos establecidos, es decir, que habrá que desechar la mascarilla a pesar de que no aparente estar húmeda o deteriodada.
No es recomendable dejar la mascarilla sobre la muñeca o el cuello
En cuanto a los descansos de la mascarilla, debemos tener en cuenta que deben producirse en lugares abiertos y siempre que se pueda mantener la distancia social, nunca exponiendo a otras personas a posibles contagios.
Además, debemos tener cuidado con la manera en la que mantenemos la mascarilla durante ese descanso: "La mayoría de las personas se la dejan puesta en el cuello o en la muñeca, cosa que está desaconsejada porque puede entrar en contacto con una superficie contaminada, pero también tenemos que evitar depositarla en la mesa de trabajo o en una mesa de restaurante mientras que estamos comiendo, o meterla en el bolsillo".