Una vez superadas las elecciones del 27-S, la consulta soberanista del 9-N sigue coleando y trayéndole dolores de cabeza a Artur Mas. Hoy el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha decidido imputar a Mas y deberá acudir el 15 de octubre a declarar, al igual que la consellera Irene Rigau y la ex vicepresidenta Joana Ortega. Las acusaciones radican en la desobediencia a la resolución del Tribunal Constitucional, que declaró ilegal la consulta del 9N pero finalmente se llevó a cabo, e incluyen delitos de usurpación de funciones, malversación de caudales públicos y prevaricación.
![Artur Mas, imputado, deberá declarar](https://www.losreplicantes.com/images/articulos/0000/261/1.jpg)
Fue el 22 de diciembre cuando el TSJC admitió a trámite la querella de la Fiscalía General del Estado contra Mas, Rigau y Ortega tras recibir más de siete querellas y 25 denuncias de ciudadanos y partidos políticos.
Investigación con el 27-S de por medio
La investigación no ha impedido al President continuar con sus funciones e incluso presentarse a las elecciones autonómicas catalanas del 27-S, donde Junts Pel Sí, la coalición de la que formaba parte, ha salido victoriosa y planea llevar a cabo la hoja de ruta por la independencia que presentaba en su programa.
Precisamente por la celebración del 27-S, la defensa de Mas intentó por todos los medios retrasar la declaración de los tres acusados, algo que consiguió alegando abiertamente que la querella podía interferir en la campaña electoral.
![La investigación del 9-N ha proseguido durante la campaña del 27-S](https://www.losreplicantes.com/images/articulos/0000/261/2.jpg)
No obstante, la investigación ha seguido su curso y durante los últimos meses se ha tomado testimonio a diferentes testigos, como algunos directores de colegios e institutos que abrieron sus puertas a las urnas del 9-N. Ahora también se ha llamado como testigos a Elisabeth Abad, directora del Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE), porque presos catalanes formaron parte de la preparación de la consulta; así como a Joan Cañada por el mantenimiento de la web del 9-N y al responsable de que el Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) facilitase sus servicios a la causa.