A lo largo de 2019, más de medio millón de menores apostó con dinero en internet (10,3%) o en los salones de juego (22,7%). Sí, está prohibido por ley, pero la escasa vigilancia en los locales y la facilidad de las apuestas online hacen posible esta realidad. Además, la edad de inicio en el juego con dinero se sitúa ahora en los 14 años, cuando el 18,6% ya ha jugado en salas de juego y el otro 8% online.
La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) ha puesto en marcha una campaña para que la población conozca la verdadera situación del juego en España y presionar al Gobierno. Y, bien, más concretamente para presionar al ministro de Consumo, Alberto Garzón y conseguir que legisle en la materia de manera urgente. Garzón, por su parte, ya ha anunciado que trabaja en un texto para limitar la publicidad, y que propondrá en el seno del consejo interterritorial que las salas de juego no puedan abrirse antes de las diez de la noche.
Sin embargo, en el ámbito de las apuestas online es aun más complicado encontrar una solución. Tal vez Garzón decida adaptar las medidas británicas, ya que a partir de abril en Reino Unido los operadores no podrán ofrecer a los clientes los ingresos mediante tarjetas de crédito. La prohibición afectará a todas las formas de juego online y a los salones de juego y apuestas presenciales, pero no a la lotería.
Según el jefe de la Gambling Comission, Neil McArthur, "el uso de la tarjeta de crédito puede llevar a un importante impacto financiero. La prohibición que hemos anunciado hoy debería minimizar los riesgos de daño a los consumidores, ofreciendo solamente la posibilidad de disfrutar de un entorno de juego regulado y seguro con el dinero que tienen y no utilizando dinero a crédito".
Operación Arcade
No obstante, el pasado 26 de septiembre la Policía Nacional lanzó una macroperación contra la presencia de menores en casas de apuestas, casinos y locales de juego con el fin de "detectar irregularidades en esa clase de establecimientos". En ella participaron las distintas unidades de Seguridad Ciudadana de todas las provincias, y estuvo coordinada por el Servicio de Control de Juegos de Azar de la Unidad central de Delincuencia Organizada y Violenta (UDEV), de la comisaría general de policía judicial en Madrid.
En la operación, denominada Arcade, intervinieron agentes de la Policía Foral de Navarra y de los Mossos d'Esquadra en Cataluña, ya que son los cuerpos competentes en seguridad ciudadana en su demarcación.
Los agentes tuvieron el orden de visitar el mayor número posible de locales de juego e identificar a las personas que se encontraran dentro de los establecimientos. Si alguno de los clientes no hubiera cumplido los 18 años, levantarían un acta contra el local con el que podrían perder la licencia de actividad y tener algunas sanciones económicas. Además, los policías tendrían que trasladar a comisaría a los menores y alertar a sus padres o tutores legales para que los recogieran. Los resultados se conocerían a partir del 3 de octubre.
Aquellos resultados concluyeron con 220 denuncias en forma de actas, que fueron enviadas a las consejerías correspondientes de cada comunidad autónomas. Se detectaron 28 menores y 184 indocumentados en las 1.800 inspecciones que se realizaron. El hecho de que más de millón de menores haya apostado con dinero a lo largo de 2019, muestra que estas operaciones y una mejor regulación son necesarias.
El peligro de las apuestas
La asociación de consumidores Facua ha solicitado al Gobierno que siga los pasos de Reino Unido. Asimismo, también piden que Garzón incluya en la Ley del Juego la prohibición de tener cajeros automáticos dentro de los propios locales de apuestas.
La investigación "Jóvenes, juegos de azar y apuestas", realizada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fad, alerta acerca de la normalización de la apuesta con dinero entre los jóvenes. Informan de que las apuestas están tan normalizadas que los jóvenes reservan parte del dinero para jugar. Saben que pueden perderlo, pero al ganar consiguen un estatus en el grupo que les gusta y les anima a seguir jugando. Muchos de ellos, además, sueñan con ser profesionales del juego. Para todos ellos, jugar y apostar forma parte del ocio y el entretenimiento: se reúnen con sus amigos y conocen gente en los locales de apuestas mientras consumen a un precio accesible.
Al principio apuestan con números pequeños, pero si ganan van aumentando. La recompensa inmediata y el dinero fácil llaman su atención, y en ocasiones incluso pretenden buscar la autonomía económica frente a sus padres gracias a estas.