Desde que saltara a los medios de comunicación la violación de una joven por cinco hombres conocidos como 'La Manada' al inicio de los Sanfermines en 2016, los casos de agresiones sexuales en grupo no han dejado de crecer. Y es de que en los últimos años se ha producido un importante incremento de denuncias por agresiones a la libertad sexual.
El proyecto Geoviolencia sexual, impulsado por Feminicidio.net para documentar estos casos de violencia sexual sobre los que no hay estadísticas oficiales, cifra en 104 las agresiones múltiples perpetradas desde 2016 hasta marzo de 2019: 17 en 2016, 14 en 2017, 59 en 2018 y 14 en los tres primeros meses de 2019.
Se trata de una forma de violencia sexual que la violación de los integrantes de la autodenominada 'Manada' en los Sanfermines de 2016 puso en el centro de la agenda feminista y mediática.
"Las cifras son aterradoras", comenta Graciela Atencio, coordinadora de Feminicidio.net. "No hay más que ver los datos para darse cuenta de que las denuncias de este tipo de agresiones han aumentado y hay un factor estacional que estamos investigando, porque la mayoría de los casos ocurren en verano, especialmente en junio", añade.
Esta especialista tiene claras algunas cosas que arrojan las cifras recogidas en esta web: que existe una clara relación con el contexto, puesto que este tipo de agresiones se producen en entornos festivos, de entretenimiento y de placer; que es una forma de violencia que va en aumento y que existe un efecto contagio e imitación.
¿Abuso sexual o violación?
El Tribunal Supremo hizo pública la sentencia con la que condenaba a los miembros de la Manada de los Sanfermines a 15 años de cárcel por un delito continuado de agresión sexual. El texto fijaba doctrina y establecía que este caso se trataba de una violación y no de un abuso sexual al producirse intimidación ambiental sobre la víctima.
"En estos casos el efecto intimidatorio puede producirse por la simple presencia o concurrencia de varias personas, distintas del que consuma materialmente la violación, ya que la existencia del grupo puede producir en la persona agredida un estado de intimidación ambiental", estimó el alto tribunal.
La diferencia entre ambos delitos es fundamental. El delito de abuso sexual consiste en acceder al cuerpo de otra persona sin consentimiento y sin violencia física, atetando. El delito de agresión sexual, sin embargo, implica acceso al cuerpo de otra persona para una actividad explícitamente sexual, sin consentimiento y con violencia. Su forma más grave es la penetración pero no la única. En este segundo punto es donde se encuentra la violación, que está prevista en el Código Penal como una agresión sexual.