Marina Carmona presenta su primer disco, 'Mi identidad', un trabajo que define como un "proceso emocional hasta encontrar mi identidad" y que está "lleno de vivencias" de la artista.
Un trabajo que cuenta con la colaboración de hasta una docena de productores: "La gente lo va a disfrutar, pero sobre todo espero que les llegue y que hagan de mi identidad su identidad", defiende.
La intérprete, que compone sus propias canciones, define su estilo como "flamenco alternativo" y su pasión por la música como "un regalo divino", nos explica que tiene en el horizonte una deseada colaboración con la artista portuguesa Maro, con quien considera que podría "hacer un buen equipo"
Su nuevo trabajo llega con una gran formación musical a sus espaldas, incluyendo su paso por Estados Unidos y un estilo personal que tiene "mucho orgullo" por plasmar, pero la pasión le llega de familia: "He estado ocho años de gira con mi padre, lo he ido trabajando, no se me ha puesto fácil, y en muchas ocasiones por mi apellido he tenido que demostrar más".
"El flamenco está de moda"
El paso del tiempo le ha permitido apreciar el apellido como una cuestión de orgullo y el referente de la escena de los nuevos tiempos: "Cuando veo a los Morente o a los Flores y vemos todo lo que hacemos la nueva generación, creo que es una responsabilidad bonita y ojalá sigamos el legado, pero siendo un poco transgresores".
Un punto transgresor que señala en su tema 'Dios mío, ayúdame', que "siendo pop, mezcla electrónica y oscuridad" y por el que creyó que iba a ser "vetada", cuando en realidad ha sido recibido con muy buenos comentarios.
Marina Carmona reivindica el legado actual del flamenco, del que defiende que "ahora está de moda", con ejemplos como los Grammy de Sevilla. "Que haya gente de fuera que en la actualidad admire tanto el flamenco, que conozca a mi abuelo, a mi tío Pepe o a Enrique... que quieran tanto enriquecerse de todo ello me parece que todo aquel que haya podido tirar del flamenco, como ha podido hacer Rosalía, C. Tangana, que lo están llevando al mundo, me parece que para nosotros es un regalo", ensalza.
La intérprete defiende además su actuación en el Ateneo de Madrid durante su bicentenario, que vivió como algo "muy bonito y especial", especialmente siendo "mujer y gitana" y ha defendido el papel de la música en reivindicaciones sociales: "La música debe ser un altavoz, ayudar al pueblo gitano, a las mujeres, a la diversidad, romper con los estereotipos de la mujer gitana".