La Fiscalía Anticorrupción presentó un escrito de acusación pidiendo 14 años de cárcel para el excomisario José Manuel Villarejo y 8 años para el empresario Juan Muñoz Tamara, marido de la presentadora de televisión Ana Rosa Quintana, por la Operación Tándem, que investiga el presunto encargo que los hermanos Muñoz hicieron a Villarejo para espiar a su exsocio y a su abogado.
Sin embargo, el Ministerio Público, según recoge El Confidencial, ha rebajado su primera solicitud, de ocho años de prisión para él y para su hermano Fernando, hasta la petición de once meses de cárcel que ha trasladado al Juzgado Central de Instrucción número seis.
Así, la Fiscalía reconoce los atenuantes de confesión y colaboración, tras alcanzar un pacto de conformidad que facilita el esclarecimiento de los hechos "respecto de la participación de los demás acusados" en esta pieza separada. De este modo rebaja la petición de cárcel inicial de ocho años hasta los once meses, aparte de una multa económica, lo que libraría a los hermanos Muñoz Tamara de ingresar en prisión.
El papel de los hermanos Muñoz Tamara
El marido y el cuñado de Ana Rosa Quintana declararon en la Audiencia Nacional, que investiga si contrataron al comisario José Villarejo para extorsionar a un exsocio y a su abogado. Este encargo a Villarejo surge tras el enfrentamiento que mantenían los Muñoz Tamara con un exsocio, M. M. N. Los empresarios habrían "maniobrado" para que este asumiera toda la responsabilidad en juicio por un delito contra la Hacienda Pública.
Los hermanos habrían pagado 20.000 euros a la organización del comisario jubilado. "Contrataron a Villarejo para que les proporcionara información sensible y de acceso restringido" de su exsocio y de su abogado. Querían conseguir datos comprometedores de ellos para "presionarlos" y lograr así cerrar un acuerdo ventajoso para los Muñoz Tamara, según describe el juez. Los implicados siguieron a las víctimas, las grabaron con cámaras ocultas y los habrían amenazadocon difundir un vídeo comprometedor en el que presuntamente aparecía con dos prostitutas consumiendo cocaína.
Ambos dejaron al margen del negocio a Ana Rosa Quintana, a pesar de las alusiones a su persona, de su presencia en reuniones y de mantener una amistad desde hace más de tres décadas con el policía encarcelado.
