Seguro que James Packer aprendió la otra noche una poderosa lección: nunca le pongas a una diva del pop la canción de otra diva del pop, al menos si no planeas dormir en el sofá esa noche (sofá o una de las otras cinco habitaciones de invitados de tu mansión, entendámonos). Aprovecha el consejo a ti que te ha salido gratis, ya que al pobre de Packer le ha costado nada más y nada menos que ver su ordenador portátil saliendo despedido por la ventana a manos de Mariah Carey.
Según informa The Fix, el empresario australiano intentaba disfrutar de una agradable velada romántica junto a la que es su pareja desde hace un año, cuando eligió erróneamente una de las canciones de Beyoncé para caldear el ambiente: "¡Puso 'Crazy in Love' y fue un desastre!", cuenta una fuente interna, "Mariah lanzó el ordenador que estaba reproduciendo la canción a través de unos altavoces por la ventana".
Ya sabemos que las fuentes internas se caracterizan por ser muy traidoras, y la traición lleva a no escatimar en detalles: "En serio, lo destrozó. Salió de la habitación gritando. Evidentemente la noche había terminado para James y cada uno se retiró a partes separadas de la casa", y después matiza, "Ella se tomó unos cuantos vasos de vino para tranquilizarse".
Al parecer, no sería la primera vez que algo así ocurre, ya que el mismo medio relata otro episodio en el que la pareja de Mariah reprodujo 'Waiting for Tonight', de Jennifer Lopez, y ella "escupió el calabacín que estaba cenando". Esta vez, sin embargo, James reaccionó más rápido "e inmediatamente cambió a los grandes éxitos de Mariah". Y es que la diva del pop solo admite música clásica y jazz cuando quiere dar un descanso a sus canciones, cosa que, a decir verdad, no parece ocurrir a menudo.
Cierto es que el representante de Mariah ha desmentido el incidente -claro que, por otra parte, qué va a decir él- y que la cantante declaró en mayo que es muy fan de Queen B: "Me encanta Beyoncé, ella lo sabe y muchos lo saben (...) Nos lo pasamos bien juntas, es muy divertida". No puede decir lo mismo de JLo, ya que todavía le recuerdan en muchas entrevistas lo que dijo de ella a principios de los 2000: "I don't know her", lo que se puede interpretar como 'No sé quién es'.
Mariah, la mayor fan de Mariah
A Mariah le encanta escucharse a sí misma, incluso durante sus propias fiestas y eventos. Según informó a finales de julio Page Six, la diva neoyorquina estuvo en el Restaurante Aurora de Capri (Italia) donde realizó una entrada triunfal al ritmo de sus canciones. Durante toda la noche sonaron sus canciones, aunque ella negó en Entertainment Tonight que hubiese sido exigencia suya, como algunos medios apuntaron: "Ellos tienen su propia lista de reproducción (...) Fue alguien de ahí quien hizo una lista con mis canciones que me gustaba incluso más que las listas que yo tengo", explicó la cantante. Porque, ¿quién no tiene playlists con sus propios éxitos?
El amor de la diva por sí misma continúa si nos remontamos unos meses antes, en abril, cuando el mismo medio informó de que Mariah había organizado una fiesta en la que la temática era ella misma y los invitados debían ir disfrazados de ella. Todos menos la propia Mariah, claro, la única a la que se le permitían excepciones, y que eligió el disfraz de su alter ego Bianca -que no es otro que un personaje inventado para el videoclip de 1999 de 'Heartbreaker' y que consiste en la propia Mariah con una peluca morena-.
Y, si nos vamos al nacimiento de sus hijos en 2011, su marido de entonces, Nick Cannon, contó que el parto fue una auténtica superproducción grabada por las cámaras, por lo que la luz tenía que estar perfecta. Mariah pidió que sonasen sus canciones mientras daba a luz a sus gemelos y, en concreto, su actuación en directo de 'Fantasy' en 1995 en el Madison Square Gardens, para que llegaran al mundo escuchando una gran ovación.
Mariah Carey es todo un personaje y muy pronto podremos comprobar hasta qué punto la diva se ama a sí misma. 'Mariah's World', el reality sobre su vida, comenzará a emitirse en diciembre de este año en el canal E!, y no podíamos tener más ganas de verlo -con permiso del reality de Ana Obregón, claro-.