María A. L. A., catalana de 54 años, afirma ser la hija del Rey Juan Carlos. Según ella, tiene fotografías, cuadros y otros regalos que él le hacía, además de todos los recuerdos que le ha contado su madre y que poco a poco le han ido viviendo a la memoria.
Uno de los encuentros que mejor recuerda fue en 1966, cuando lo vio por segunda vez: "Me llamó la atención lo grande que era aquel hombre. Sus piernas sobresalían de la butaca. Me trajo una muñeca con su vestidito, de esas que no teníamos las niñas de mi edad. Y mi madre no quiso que me la quedara porque llamaba mucho la atención".
Durante años, siendo yo pequeña, escuchaba a mi madre decir una y otra vez que yo había nacido rica y que se me había torcido el camino. '¿No te gustaría vivir en un palacio? Allí te pagarían los estudios...'. Un día Juan Carlos estaba en la televisión, mi madre me miró y asintió. Me confirmó que era mi padre y a mí me temblaron las rodillas. Pero la mente suele bloquear los episodios traumáticos y con el tiempo olvidé estas conversaciones. Hasta que la vi a ella hace ahora cuatro años
María habla de Ingrid Sartiau, la mujer belga de 52 años que lleva tiempo peleando para demostrar que su padre es Juan Carlos I. Según cuenta, se siente muy identificada con ella, y en 2014 vio una entrevista suya en televisión que le reavivaron muchos recuerdos: "Me vinieron a la memoria los regalos: un balancín muy caro, una bici BH, un cochecito, aquella muñeca... y los cuadros, las fotografías y las frases de mi madre. Me quedé en shock".
"Juan Carlos I es mi padre": María, comercial catalana, también reclama ser reconocida https://t.co/2Ci3ZEFFNP
— El Español (@elespanolcom) 29 de noviembre de 2018
Los hijos ilegítimos del Rey
María no tiene el apoyo de su madre, pues su "relación no era tan fluida" como en el caso de Ingrid Sartiau. La belga ha hablado con El Español sobre este nuevo reclamo de paternidad: "Espero que todo le salga muy bien. Ella defiende su historia. Creo que algún día podríamos compartirla en televisión porque haría mucho ruido".
María se ha puesto en contacto con Albert Solá, otro hombre que presentó una demanda que fue desestimada en 2015 aunque se llegó incluso a realizar una prueba de ADN: "Albert me contó que él también había recibido una bici BH con la misma edad que yo. Hace poco me dio incluso una muestra suya de ADN por si lo necesitaba para contrastarla con la mía. Pero eso no es suficiente, porque necesito la de mi padre".
María apenas puede costearse un abogado
María A. L. A., el nombre de la denunciante, finalmente ha puesto su caso en manos de un abogado de oficio. ¿El motivo? No cuenta con los ingresos suficientes para costear todo este proceso. "Voy a luchar por lo que es mío. En su día tuve el anhelo de conocerlo. Pero ahora ya no. Ahora solo quiero lo que me corresponde", declara la mujer.
Tiene dos hijos a su cargo y actualmente sufre una enfermedad que le impide trabajar, por lo que ha tenido que esperar a principios de 2018 para ponerse en contacto con abogados y procuradores gratuitos.
Sin embargo, Aránzazu Cardeñoso, abogada madrileña que llevaba su caso, afirma que no podrá realizar su defensa: "Me asignaron el caso, pero yo no estoy autorizada a llegar hasta el Tribunal Supremo, que es donde han de dilucidarse este tipo de cuestiones relacionadas con este tipo de demandas de paternidad. Y no en los juzgados de Primera instancia de Madrid, que era hacia donde se encaminaba todo y donde yo sí podía llevar a cabo la defensa".
Entonces María tendrá que volver a solicitar a la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita de Madrid otro letrado que esté autorizado a llegar hasta el Tribunal Supremo. La larga espera se suma a la mala época que vive María. La mujer fue comercial y llegó a dirigir una oficina de telecomunicaciones y crear una empresa de cursos de manipulador de alimentos, pero actualmente pasa por un bache económico que se une a la enfermedad que sufre.
Cobro 460 euros al mes, tengo la invalidez del 68% y no puedo pagar otro piso. Si a los Borbones los está manteniendo España, ¿por qué ellos no mantienen a sus hijos? O que lo haga el Estado o que lo haga mi padre
Por suerte, cuenta con la ayuda de su hermano, del que también afirma que es hijo del Rey: "Es curioso porque yo nací quince días antes que la infanta Elena, y mi hermano, quince días antes que la infanta Cristina. Y a los dos nos pintaron un cuadro siendo bebés, algo que muy pocas personas podían pagar en ese momento en España".
Su abuelo propició el encuentro con Juan Carlos
En la partida de nacimiento de María A. L. A. figura el hombre que se casó con su madre a los 18 años: "Me reconoció como hija suya. Ahora recuerdo que solía burlarse de mi madre cuando salía de casa y le preguntábamos que dónde iba. '¡A España, a ver a los españoles!'. Solía decir. Era lo mismo que escuché decir a Juan Carlos en un documental, cuando contaba, siendo príncipe, que quería conocer cada rincón de España y a sus habitantes".
María achaca el encuentro de Juan Carlos I con su madre con el periodo en el que su abuelo Andrés trabajó en las obras del pantano de Santa Ana. Su labor fue reconocida, pues sus amplios conocimientos y experiencia hicieron que se finalizase más rápido y con menos accidentes: "Había llegado a oídos de Franco lo que había hecho mi abuelo y había decidido concederle la medalla del Trabajo y nombrarle miembro de su guardia de seguridad en Lérida, de cara a los viajes que realizara tanto él como Juan Carlos a esta zona".
En este contexto es en el que su madre podría haber conocido al Rey Juan Carlos y tiene una foto del momento en el que supuestamente se conocieron: "Es de la inauguración del pantano de Santa Ana. En aquel acto estaban el rey Juan Carlos y mi abuelo".