El general Félix Sanz Roldán mantiene la presidencia del CNI, los servicios secretos españoles. Así lo confirmó la actual ministra de Defensa, Margarita Robles, que ha permitido que el jefe de la 'casa', como se denomina al centro de los espías españoles, pueda (al menos) agotar su mandato hasta 2019.
Sanz Roldán es un viejo conocido dentro del CNI. Accedió al control de mandos de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero en el año 2009 y con Carmen Chacón como ministra de Defensa. Su carrera durante el gobierno del expresidente socialista ya había mantenido un ascenso meteórico durante todo el zapaterismo desde que fuera nombrado Jefe de Estado Mayor de la Defensa en el año 2004.
Sin embargo, el cambio de Gobierno en 2011 hacía presagiar el fin de su carrera. Nada más lejos de la realidad. En toda una carambola inédita en democracia, Rajoy decidió que el CNI pasaría de su lugar tradicional, Defensa, al área de la vicepresidencia, controlada por Soraya Sáenz de Santamaría.
El expresidente permitía con ello ofrecer mayor poder a Soraya, su mano derecha y la persona que más creció de su mano. Ella fue la encargada de gestionar el asunto catalán, contó con residencia permanente en Barcelona durante varios meses y terminó con el Ministerio de Asuntos Territoriales bajo su mando. Algo que molestó a Cospedal, relegada al partido y Castilla-la Mancha y que siempre consideró a Soraya como una especie de 'becaria' que había crecido demasiado rápido, sin ideología y fuera de las estructuras del partido.
La sintonía entre Soraya y Sanz Roldán fue inmediata. Fue entonces cuando comenzaron las acusaciones que apuntaban a que la vicepresidenta estaba utilizando los servicios secretos para sus propios intereses. En concreto, para desactivar a rivales internos como el exministro de Industria, José Manuel Soria; o el extitular de Interior, Jorge Fernández Díaz. Y, según se especula, a su actual rival Alberto Núñez Feijóo.
Unas acusaciones que, de hecho, terminaron en castigo por parte de Rajoy: en concreto, la retirada de la portavocía del Gobierno (la gran plataforma mediática) y la posterior entrada de Cospedal en Defensa. Todo en 2016. ¿Qué sucedió previamente?
Las 'cloacas del Estado' de Jorge Fernández Díaz
La historia del exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz cuenta con toda una vinculación con las denominadas 'cloacas del Estado'. Las grabaciones en las que aparece conversando con el exjefe de la Oficina catalana de Antifraude, Daniel de Alfonso, demuestran conspiraciones para publicar informaciones comprometidas con las que desactivar a miembros destacados del independentismo.
El caso de Díaz fue especialmente sangrante para Rajoy, con quien mantenía una gran amistad desde que el expresidente fuera nombrado vicesecretario general del PP en el año 1990.
Las conversaciones, que llegaron en los meses previos a las elecciones de 2016 que darían La Moncloa a Rajoy (vía abstención socialista), terminaron con su carrera tras el nombramiento de Zoido. Fue entonces cuando se prometió un puesto como embajador en la Santa Sede, la gran pretensión del exministro, aunque finalmente todo recaló en el diplomático Gerardo Bugallo Ottone.
Llegados a este punto... ¿Qué sucedió con Díaz? Para conocer más detalles, tenemos que remitirnos a una conversación entre el Comisario Villarejo y el presentador de 'Salvados', Jordi Évole. Preguntado sobre la publicación de la llamada que sepultó al exministro, Villarejo afirmó lo siguiente: "Probablemente la orden la dio el señor Cosidó -exdirector general de la Policía-, se la pasó a Marcelino Martín Blas para que la analizase y este se la dio a los dos días a su enlace en el CNI".
No se concreta el enlace, pero finalmente el escándalo derivó en un pacto entre la vicepresidenta y el -entonces- líder interino socialista, Javier Fernández para poner final a la carrera del ministro. El escándalo, según Villarejo, fue publicado por el CNI dirigido por el hombre de confianza de Soraya.
Los papeles de Panamá de José Manuel Soria
La caída de Fernández Díaz y su salida por la 'puerta de atrás', se une a otro miembro destacado del G7 (el grupo antiSoraya): José Manuel Soria. Involucrado en los Papeles de Panamá, los mentideros políticos aseguran que todo fue parte de un 'fuego amigo' auspiciado por la propia Soraya Sáenz de Santamaría.
El escándalo fue mayúsculo y no dejó atrás algunas acusaciones cruzadas, como que Montoro realizó la filtración a los medios en la que se señalaba su relación con una cuenta de una empresa radicada en el paraíso fiscal de Jersey.
Soria no ha dudado en repetir estas afirmaciones repetidas veces. Precisamente, Montoro forma parte del círculo cerrado de Soraya, cuenta con una política fiscal que genera fuertes recelos dentro del grupo de Cospedal y, según algunos periodistas como Jiménez Losantos, forman un tándem encargado de manejar realmente las riendas del anterior Ejecutivo.
Por cierto, a pesar de su abrupto final, Soria no perdió su escolta de ocho policías y dos coches quince meses después de dimitir. El extitular de Industria mantiene una relación de casi tres décadas con Rajoy.
El equilibrio final de poderes -de facto- entre Cospedal y Soraya
Todos estos escándalos -y algunos más- se han señalado como parte de la estrecha colaboración entre Félix Sanz Roldán y la propia vicepresidenta. Algo que finalmente no ha terminado con la sucesión de Beatriz Méndez de Vigo, la hermana del exportavoz del Gobierno Íñigo y que hubiera sido la primera mujer en desempeñar el cargo (y la primera que procede del interior de 'La Casa').
El final de Margallo (sustituido en las elecciones de 2016 por un tecnócrata, Alfonso Dastis), supuso la práctica desmantelación del grupo antisoraya. Todos estos movimientos, sin embargo, habrían terminado en el castigo de Rajoy a Soraya (con quien perdió momentáneamente la confianza), que terminó con la retirada de la portavocía y la entrada de Cospedal en Defensa.
De facto, Rajoy aprovechó este momento para dividir el papel de Roldán en dos funciones: los asuntos de Estado para Soraya y los de Defensa Nacional para Cospedal. Sin embargo, la relación entre la primera y el director del CNI era tan estrecha, que parece evidente quién podría contar con mayor influencia.
Yihadismo y cuestión catalana
A pesar de todos estos comentarios, Félix Sanz Roldán ha sabido navegar entre dos aguas y no ha perdido la buena relación mantenida con el Partido Socialista, con quien jamás se vinculó vía vox pópuli en el estallido de ningún escándalo.
La decisión de Margarita Robles, tras el retorno del CNI a su Ministerio correspondiente, quizás responda a una cuestión estratégica antes que política. Sanz Roldán ha permanecido al frente del CNI durante todo el desafío catalán y auge del terrorismo yihadista. El segundo con mayor éxito que el primero.
Estos son los grandes desafíos que enfrenta nuestro país, para los que Soraya se ha comprometido a asesorar a su sucesora en el cargo. ¿Qué sucederá a partir de ahora? Todo puede quedar empañado dentro de las primarias del PP.