La prestigiosa viróloga del CSIC, Margarita del Val, ha puesto en duda la posibilidad de abrir las restricciones para las personas inmunizadas frente al coronavirus, como la posibilidad de establecer medidas tales como un pasaporte de movilidad para los vacunados.
"Sabemos que para la persona vacunada frente a la Covid-19 hay un beneficio nítido, clarísimo y rotundo en la prevención de los síntomas graves, pero no sabemos si la inyección es eficaz en hacer segura a esa persona de cara a los demás", ha afirmado.
Por ello, ha insistido en la idea de que las vacunas no esterilizan, es decir, que protegen frente a los síntomas graves del virus, pero que si la persona se expone al patógeno, se puede replicar en su organismo y se puede provocar un contagio.
"Saber si una persona vacunada contagia o no determinará hasta qué punto estamos protegidos como sociedad y permitirá ir levantando medidas o hacerlas más estrictas", ha defendido. En este sentido, ha recordado que los vacunados "se convertirán en personas asintomáticas, pero potencialmente contagiosas", por lo que de momento sigue siendo necesario mantener las medidas de precaución.
Vacunar a toda la población, "un reto descomunal"
Margarita del Val también ha ilustrado qué supone inmunizar a toda la población española, recordando que cada año se vacuna a 400.000 bebés en España y que ahora se pretende "inmunizar a toda la población, 100 veces más con los mismos recursos, lo que supone un reto descomunal".
Con estos términos se ha pronunciado durante el debate 'El reto de la vacunación global' organizado por la Fundación Alternativas. "El pasaporte de inmunización ya estaba inventado, es lo que se conoce como el certificado internacional de vacunación", ha aclarado, añadiendo que se trata de un documento emitido con vacunas obligatorias, que lo son porque resultan "tan eficaces que garantizan que la persona vacunada ya no contagia, como sucede con la fiebre amarilla".
Sin embargo, sobre este último requisito, todavía no tenemos constancia en el caso de la Covid-19: "Sabemos que para la persona vacunada hay un beneficio nítido, clarísimo y rotundo en la prevención de los síntomas graves, pero no sabemos si la inyección es eficaz en hacer segura a esa persona de cara a los demás".
Del Val hace especial mención a la posibilidad de empezar a expedir salvoconductos para que los vacunados puedan empezar a hacer vida normal "sobre todo para hacer viajes, entrar en espectáculos e ir a la hostelería", ha señalado.
Además, ha incidido en que hay que vacunar a toda la población sin excepciones, "porque las enfermedades infecciosas no conocen fronteras. Por ello, ha recordado que las vacunas han sido siempre "uno de los mayores campos de cooperación internacional".
Por último Margarita del Val ha afirmado que hace una década se estaba vacunando drásticamente menos que ahora porque había menos fábricas destinadas para ello. "Este impulso ha venido de la mano de GAVI (Alianza de Vacunas) y de donantes, por lo que se han incrementado la cantidad de centros de producción, siendo posible que lleguen más vacunas en el futuro. Con más fábricas, habrá menos limitación de dosis a nivel mundial y esto será importante para el control global de la pandemia".