Las imágenes no dejan indiferente a nadie: un hombre está sentado en la sala de espera de un centro de salud. Prácticamente sin mediar palabra, a gritos, se levanta y se dirige hacia una enfermera. La intimida, amenaza y zarandea con violencia. Cuando otra mujer corre a ayudarla, recibe los mismos malos tratos que su compañera. Finalmente, el agresor y la segunda víctima desaparecen de la escena y solo aparece la enfermera tendida en el suelo y con gesto de indignación.
Este es el estremecedor vídeo que ha corrido por las redes sociales y que podría no haber llevado a más si nadie se hubiese dedicado a tergiversar por completo la historia que hay detrás.
Con esa base, un usuario de Facebook llamado Juan Manuel González Sosa se ha dedicado a infundar el odio contra la comundidad musulmana basándose en que el atacante hablaba en una lengua extranjera e incluyendo un poco de literatura.
Con el siguiente mensaje: "musulmán dando las gracias por su acogida en Europa en un centro de salud español. Imágenes que TVE no digunde para no caer en la alarma social", junto con el texto, "¡Manda huevos, nos van a comer con patatas", Sosa insinuaba una noticia que poco tenía que ver con la realidad.
¿De dónde obtuvo toda esa información? ¿Cómo supo que todo había sucedido en un centro de salud español, que el hombre era refugiado y que profesaba la fe musulmana con tan solo ver unas imágenes de un vídeo? O Juan Manuel González Sosa es la envidia de los Servicios Secretos de cualquier país... o quizás es que miente.
La verdadera historia
Lo cierto es que no hay que indagar mucho para conocer la verdadera historia de todo este suceso. Quizás a este usuario de Facebook se le ha escapado que todo lo acontecido en las imágenes sucedió, en realidad a 7.000 kilómetros de España: en Rusia.
Sigamos. El atacante no habla en árabe ni profesa la fe musulmana: es ruso y habla en ruso en todo momento. Tampoco tiene rasgos árabes, aunque esto no es determinante, porque no todos los árabes tienen los rasgos que nosotros creemos. Pero ya que estamos, es otro punto más a tener en cuenta.
Tercero. Iba borracho. Los musulmanes no pueden beber. Lo tienen prohibido por religión y si este hombre era alguien cercano al fundamentalismo islámico, como se nos quiere insinuar, quizás podrían haber cogido otro ejemplo.
Por último: el vídeo fue publicado por varios medios de comunicación rusos, como 'MedRussia', web encargada de comentar temas relacionados con la medicina, pero también otras televisiones como 'TVzvezda'.
Todo el escándalo vio la luz pública en febrero de este año 2017 y algunos tuiteros explicaron que un "hombre ebrio golpea a un guardia, un enfermero y una enfermera, causando a una de sus víctimas una conmoción cerebral y una fractura de cráneo". Ninguna mención al Islam. Ninguna mención a España. ¿Tergiversaron todo a sabiendas?
Lo cierto es que el usuario ha terminado borrando la publicación de las redes sociales. Algunos usuarios de Twitter ya están pensando en las consecuencias: "Si yo me llamara Juan Manuel González Sosa estaría preocupado. Hay unos cuantos, pero la noticia no concreta" o "¿No debería de tratarse esto como un delito de incitación al odio del tal Juan Manuel González Sosa?", han sido algunos de los mensajes más compartidos.
No es la primera vez
Lo cierto es que los bulos en redes sociales, en los últimos tiempos, están teniendo una cierta intencionalidad racista que nadie podría comprender. Y todo, manipulando historias que, al final, poco tienen que ver con la realidad.
Es lo que sucedió con los recientes atentados en Londres. Algunos usuarios emplearon una fotografía de una mujer con velo islámico que paseaba con su teléfono mientras los sanitarios atendían a una víctima, con el fin de insinuar que la comunidad musulmana desprecia a los católicos. Sin embargo, todo era mentira.
Por otro lado, en el vídeo del profesor de la BBC al que interrumpen sus hijos en plena conexión en directo, hubos quienes consideraron a su esposa como su niñera por el simple hecho de ser asiática.
Y en este caso, cabe preguntarnos. ¿Pecamos de racistas y buscamos cualquier excusa que sirva para justificar nuestras ideas?. ¿Hay alguna intencionalidad detrás de todo esto? ¿Por qué siempre acaban pagándolo los mismos colectivos, los más débiles y los que peor lo tienen para defenderse? Todo ello debería ayudarnos a reflexionar.