El odio y la intolerancia son las únicas razones que se pueden encontrar al último acto de LGTBIfobia que se ha registrado en las calles de Madrid. Ni siquiera encuentran una tregua durante el confinamiento.
Eso es lo que ha vivido un joven en Madrid que, en pleno día contra la LGTBIfobia, decidió aprovechar el paseo de las 8 de la tarde para salir con una bandera arcoíris.
Lo que se tornaba en una simple acción reivindicativa, sin embargo, ha terminado recibiendo el odio de los intolerantes. "Ese chico soy yo. Solo he salido a mi calle con la bandera en el Día contra la LGTBIfobia, sonriendo, sin más. He recibido insultos, amenazas, incluso se ha llegado al contacto físico. Nadie me ha preguntado nada, solo he recibido odio", ha denunciado el joven en redes sociales.
Ese chico soy yo. Solo he salido a mi calle con la bandera en el Día contra la #LGBTIfobia, sonriendo, sin más. He recibido insultos, amenazas, incluso se ha llegado al contacto físico. Nadie me ha preguntado nada, solo he recibido odio y una cacerolada hacía mí. https://t.co/of55jZEwLa
— Joselu???? (@JoseluMarcos) May 17, 2020
El joven se ha visto rodeado, señalado e intimidado simplemente por lucir la bandera. Un acoso que poco a poco ha ido a más, hasta el punto de que la Policía se ha visto obligada a intervenir: "Después de prácticamente huir de ese grupo de personas, un señor ha seguido insistiendo y en un momento ha llegado la policía. Dos coches cortando la calle. Me temía lo peor, pero desde aquí quiero agradecer de todo corazón a la agente de policía que ha mediado", asegura el joven.
Después de prácticamente huir de ese grupo de personas un señor ha seguido insistiendo y en momento ha llegado la policía. Dos coches cortando la calle. Me temía lo peor, pero desde aquí quiero agradecer de todo corazón a la agente de policía que ha mediado.
— Joselu???? (@JoseluMarcos) May 17, 2020
"No he podido aguantar las lágrimas"
Otras dos personas que se encontraban en la calle acudieron a protegerle de los insultos y la intimidación de los intolerantes. La agente, según el joven, empatizó con su situación: "Después de esucharnos ha acabado diciéndole al señor que 'si mi bandera le ofende, el problema es solo suyo'. Ha insistido en que no he hecho nada que pueda ofender y que si nunca hay que odiar a nadie, ahora incluso menos. No he podido aguantar las lágrimas".
Tanto ella como su compañero me han animado a denunciar la situación que he vivido, pero no me es imposible identificar a nadie. Le he dado las gracias a ella y a su compañero. Las miradas de complicidad que me han echado han hecho que volviese a emocionarme.
— Joselu???? (@JoseluMarcos) May 17, 2020
Los hechos pueden constituir un delito de odio, aunque el joven confirma que finalmente no ha interpuesto una denuncia: "Me es imposible identificar a nadie", afirma.
Un usuario, no obstante, le ha animado a interponer la denuncia, a pesar de que no pueda señalar a nadie: "Si denuncias, al menos lo recogerán las estadísticas y servirá para que nadie pueda infravalorar este tipo de delitos de odio", ha asegurado.