El Supremo ha difundido este viernes la sentencia que condena a José Ángel Prenda, Antonio Manuel Guerrero, Jesús Escudero, Ángel Pozas y Alfonso Jesús Cabezuelo a 15 años de cárcel por un delito continuado de violación durante los Sanfermines de 2016.
La Sala de lo Penal argumenta que los agresores actuaron "con pleno conocimiento" y que llevaron a la víctima a un lugar "recóndito, buscado a propósito". Señala, además, que el silencio de la víctima solo se puede interpretar como una negativa: "Estaba sola y no encontraba a sus amigos. En ningún momento prestó su consentimiento", afirma la sentencia. De esta forma, el tribunal ha afirmado que los cinco miembros de 'La Manada posaron de forma jactanciosa y celebraron la violación "como un triunfo".
Este supone un fallo histórico, ya que por primera vez desde que se produjera la violación, la Justicia ha dado la razón a la víctima y ha revocado las dos resoluciones anteriores que consideraban abuso el delito cometido por los cinco sevillanos. La sentencia incide además sobre el "exceso de intimidación ejercida" por los cinco condenados.
Otra parte de la sentencia precisa que los cinco miembros de 'La Manada' cometieron una agresión sexual: "Agobiada, impresionada, sin capacidad de reacción, sintiendo en todo momento un intenso agobio y desasosiego que le produjo estupor, haciendo todo lo que los acusados le decían que hiciera, llegando los preocesados a agredirla sexualmente hasta en 10 ocasiones en un períododo de tiempo de 1 minuto y 38 segundos, conociendo que estaba sola y embriagada".
"Contadlo, no les dejéis ganar a ellos"
El Tribunal Supremo les impone, por tanto, 15 años de cárcel junto a la inhabilitación absoluta durante toda la condena y la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima durante 20 años, y comunicarse con ella por cualquier medio.
La víctima ha reaccionado a esta sentencia y ha hecho pública una carta en la que celebra que terminen por fin los tres años de proceso judicial y que el Supremo reconozca que lo ocurrido en los Sanfermines se trató de una violación. "Puedo asegurar que valió la pena y poco a poco voy recuperando el timón de mi vida", y anima a todas las víctimas a que denuncien a sus agresores: "La lucha debe seguir. Debemos ser el cambio que quiere la sociedad. Recordad, contadlo, no les dejéis ganar a ellos".
La joven afirma, además, que no puede haber sido "más afortunada" con la "calidad" de las personas que la han ayudado. Entre ellas, ha destacado al juez de instrucción que nunca dudó de ella, la fiscal, los médicos y los psicólogos: "Son momentos en los que nadie sabe cómo actuar pero vosotros lo hicisteis fácil", agradece.
