El pasado 22 de diciembre, la magistrada del juzgado de Instrucción número 5 de Gavá decretó prisión incondicional que alardeaban de sus agresiones sexuales en un chat. Los arrestados son Robert P., Alejandro P., Jose M., David A. y Orlando M.
La mayoría de ellos nacieron en 1986 y residen en el centro del municipio. Estudiaron en el Col·legi Frangoal y la secundaria en el Institut Les Marines. Alejandro es de Cuba y Orlando de Rumanía, el resto catalanes.
????????Castelldefels, hay más imágenes para ti: al descubierto la cara de la 'manada'
— Castelldefels Noticias (@CastelldefelsNT) January 2, 2023
????Sus nombres son Robert P, Alejandro P, Jose M, David A y Orlando M
????Viven en el centro de #Castelldefels, entre la plaza de la Iglesia y la plaza Juan XXIII y solo uno de ellos tiene hijos ?????????????? pic.twitter.com/vu54wQh8WG
Los vecinos los describen como introvertidos y, aparentemente inofensivos, "no eran los típicos chulos de instituto, sino todo lo contrario", según explican vecinos cercanos. En el caso de Robert, una mujer que iba con él al centro de baile, lo describe como "más bien tímido".
Aunque, visto lo visto, parece que no tanto. Fue él quien creó el grupo 'K-Team', el cual estaba integrado por todos los investigados. Además, la anterior mujer ha confesado que, pese a su sorpresa, a raíz de la detención del chico, muchas de las compañeras que también acudían al centro de baile con él tuvieron que bloquearle porque no dejaba de incomodarlas con mensajes de Instagram "a todas horas".
Estas mujeres no eran las únicas que denunciaban un acoso similar. En el gimnasio también sucedía. Una chica que entrenaba con él también afirma recibir mensajes sin cesar, pero lo suyo fue más allá, pues Robert llegó incluso a presentarse en su lugar de trabajo: "Hablé con el gimnasio y también con amigos y guardé la conversación por si hacía falta presentar una denuncia", explica.
K-Team
El estar puerta con puerta prácticamente hizo que se fraguara una amistad entre los acusados, que además compartían su tiempo disfrutando de su tiempo libre a base de fútbol y videojuegos. Esta unión llevó a la creación del grupo K-Team en 2014. Pero no estaban solo ellos, sino que llegó a haber 15 usuarios. De hecho, aunque solo se ha detenido a 5 de los integrantes, la policía no descarta nuevas detenciones de otros miembros implicados en otros episodios bajo investigación.
El historial de chats de K-Team ha sido la clave para descubrir los mensajes, audios y vídeos que han permitido encarcelarlos antes del juicio. No todos hablaban lo mismo, había quien participaba más y quien no lo hacía nunca.
El que llevaba el mando es Robert: "Robert podía expulsarte y volver a meterte cuando quería", explica una fuente conocedora del funcionamiento del grupo. "Hay gente que lo llama 'el feo', pero es muy inteligente y acaba convenciendo a todo el mundo para salirse con la suya", añade.
David, por su parte, era el cámara de las violaciones múltiples que 'La manada' llevaba a cabo. Los Mossos lo han descubierto porque la mayoría de vídeos que han obtenido procedan de su teléfono. Ahora las mujeres están buscando a estas mujeres para preguntarles si las imágenes correspondían a un encuentro sexual permitido o forzado.
Modus operandi: obsesión, alcohol y violación
A pesar de que todo se ha destapado ahora, son muchos los años que el grupo lleva en plena acción y así lo asegura un antiguo amigo del grupo que compartió noches de fiesta con ellos en el pasado: "Llevan años haciendo lo mismo. Están obsesionados con el sexo y con las mujeres". Este también advierte de que "hay más víctimas" aparte de las mujeres que fueron violadas en grupo en la primavera de 2021.
Según explica, todas las noches se repetía el mismo patrón. El escenario del crimen solían ser discotecas como Titus, Arena, Sala Bikini o Bling Bling. Una vez allí, "iban a por una mujer, la emborrachaban, le comían el coco y se la llevaban a casa de uno o, en ocasiones, a un hotel", recuerda con culpa por no haber denunciado cuando lo vivía.
El sexting también era una de sus armas. Alejandro, 'el cubano', era el anzuelo al ser el que tenía un rostro más agraciado entre los 5. A través de aplicaciones de Tinder y Badoo, el hombre invitaba a las víctimas a su domicilio durante la pandemia.
La primera mujer que sufrió una violación con este método sabía que podía haber alguien más en el piso cuando acudió a la cita. Sin embargo, no sabía que más tarde sería violada por los 5. Denunció.
Esta denuncia dio pie a que se abriera la investigación para averiguar si había más víctimas. Dieron con dos más que no habían denunciado, pero que no dudaron en hacerlo cuando fueron contactadas por la policía.
Estas dos últimas también habían sido presas del perfil de Alejandro, quien las convenció para que fueran a una casa que daba en su casa. A la segunda la emborracharon considerablemente y cuando vieron que ya no era de decidir por ella misma, la condujeron a la habitación y la colocaron "a cuatro patas", detalla el auto de prisión.