Una soldado destinada en el cuartel aéreo de Antequera (Málaga) ha denunciado -ya van tres ocasiones- a sus compañeros por haber sido drogada y violada en el interior de las dependencias militares.
Los hechos denunciados se desarrollaron el pasado día 10 de enero, en la celebración del Día de la Patrona del Ejército del Aire, cuando la soldado volvió al cuartel tras tomar unas cervezas con sus compañeros.
La joven había notado algo extraño en las bebidas, ya que según ha relatado "contaban con un sabor más amargo del habitual". Ante estas declaraciones, los médicos decidieron realizar un test de drogas: dio positivo en sustancias de abuso.
Por ello, quizás, la víctima no es capaz de recordar con exactitud los hechos. A medida que va pasando el tiempo, ha sido capaz de recuperar nuevos detalles que le han permitido presentar hasta tres denuncias con las que ir completando los hechos de aquel fatídico día.
Según ha relatado, la soltado había "planeado" dormir esa noche en la habitación de una compañera, pero no pudo porque ella se había marchado previamente sin dejarle las llaves.
Sobre la una de la madrugada, recuerda que llegó a la base militar con el cabo mayor que la acompañó porque, según ha declarado "la encontró un poco perjudicada". La habitación estaba con la llave puesta en la puerta, asegura. "Todo lo sé porque él me lo contó, porque desde las 12 más o menos no me acuerdo de nada", ha relatado ante las autoridades.
Recabando pruebas
Al día siguiente, la mujer asegura que nada más despertar sintió "un fuerte dolor de cabeza", por lo que habló con el cabo mayor y le relató con todo tipo de detalles los hechos que había presenciado.
El cabo, junto a otra de las compañeras, le comentaron la posibilidad de que algunos de los presentes hubiera podido drogarla. El militar, que tenía acceso a un test de detención de drogas o sustancias de abuso, le practicó el examen: "positivo en sustancias barbitúricas".
Poco a poco, según pasa el tiempo, la mujer ha sido capaz de recabar datos: "Tengo vagos recuerdos, con la luz de mi habitación encendida, un hombre de tez morena me movía mientras me cogía del brazo y me decía cosas, no recuerdo de momento nada más", ha afirmado.
"También recuerdo a otro hombre, con una respiración muy profunda, notaba el contacto en su costado izquierdo y su cara era muy desagradable. Puede ser que eso me hiciera el moratón en el pecho izquierdo y el bulto en el labio. Creo que la habitación estaba a oscuras", sentencia. "Me sentí como un cacho de carne".