Con la final española de la Champions League a pocos días de celebrarse, y la Copa de América y la Eurocopa en el horizonte, es el momento ideal para recordar el caso de un alimento que se llevó por delante más carreras futbolísticas que las fiestas y las mujeres juntas: la Nutella. Aunque nos encantaría, no vamos a hacer un repaso de esos jocosos futbolistas que aterrizan en un nuevo país y, ante la duda de qué hacer en su tiempo libre, se hartan de dulces perdiendo toda forma física. En el día de hoy trataremos una maldición que asoló la moral de Alemania y trajo de cabeza a futbolistas, publicistas y especialistas en marketing. Bienvenidos al Chiringuito del misterio. Esto es 'Cuarto Manolo'.
El inicio de la historia hace retrotraernos muchos años, hasta 2004, cuando los anuncios para la televisión alemana de la famosa crema de chocolate empezaron a ser protagonizados por jóvenes jugadores de su selección de fútbol. Aunque el origen de la marca es italiano, contaba en esos años (y sigue contando) con una gran popularidad en el país teutón. Tanto furor había por la Nutella, que en 2005 se batió un récord Guinness al reunirse 27.854 personas en el estadio de Veltins-Arena en Gelsenkirchen (donde juega el FC Schalke 04) para participar en el Mayor Desayuno Continental. Luego dicen de los españoles, pero allí también se apuntan sin pensarlo dos veces a cualquier evento con comida gratis.
Los spots con futbolistas fueron un auténtico éxito año tras año de emisión. Rectifico: éxito sí, pero para la empresa, que con la esponsorización logró consolidar enormemente su marca y aumentar las ventas. En el ámbito deportivo la historia fue otra muy distinta: futbolista que aparecía en la tele merendando chocolate, futbolista cuya carrera deportiva caía en desgracia.
Así nació "la maldición Nutella", un peculiar sortilegio que acabó con promesas como Kevin Kuranyi, Benjamin Lauth, Andreas Hinkel, Marcell Janssen, Tim Borowski, Jermaine Jones, Simon Rolfes y Tobias Weis. Jugadores que iban a comerse el mundo, y tuvieron que conformarse con únicamente llevarse a la boca aquellas tostadas de leche, cacao, avellanas y azúcar. Defensas centrales, laterales, delanteros, centrocampistas... ninguna demarcación se escapaba de este gualtrapa mal de ojo.
Puede parecerlo, pero esta teoría no fue creada por iluminados con gorritos de papel de aluminio en la cabeza. Sin ir más lejos, los mismos deportistas acabaron creyéndosela hasta el punto de boicotear los anuncios al resistirse a salir en ellos. Tanta presión había, que la empresa decidió parar indefinidamente la producción de spots.
En los rincones oscuros de internet hasta hay quienes culpan al popular producto de los fracasos de Alemania en las competiciones de la pasada década. Hagamos memoria: en los Mundiales de 2006 y 2010 acabaron en tercer puesto, en la Euro de 2004 ni siquiera pasaron de fase de grupos, en la de 2008 perdieron la final (a mano del fuenlabreño Fernando Torres) y en la 2012 se quedaron en la semifinal. ¿Y qué pasó cuando Nutella suprimió los anuncios? ¡Los alemanes ganaron el mundial de 2014 tras 24 años sin hacerlo! Blanco y en botella; o tarro en este caso.
Los supervivientes de la maldición
No todo es drama, hubo quien compartió cámara con varios de los mencionados anteriormente y a pesar de todo pudo seguir en el candelero algún rato más. Ese no es otro que Arne Friedrich, defensa que, aunque no jugó en equipos de primera línea (Hertha Berlin, Wolfsburgo y Chicago Fire), llevó con oficio la camiseta de la Mannschaft hasta 2011.
Asimismo, Jermaine Jones siguió jugando competiciones internacionales, pero con los colores de Estados Unidos, aprovechando que su padre tiene la nacionalidad estadounidense. Fue en 2009 cuando, tras jugar en las categorías inferiores, el centrocampista se dio cuenta que ya nadie le daba bola en Alemania. Hay que buscarse las habichuelas donde sea, ¿no?
Friedrich y Jones no ganaron ningún título, así que los que realmente esquivaron el gafe fueron Manuel Neuer, Mesut Özil y Mats Hummels. Estas figuras de élite, reconocidas en todo el mundo e imprescindibles en sus clubs, se atrevieron a rodar varios anuncios para Nutella.
Quién le iba a decir a Neuer, portero del Bayern de Múnich y de Alemania, que años después tendría entre sus manos la auténtica Copa Mundial de la FIFA, dando por terminado así uno de los gafes más curiosos del fútbol moderno. La pregunta que está en boca de todos es: ¿acabará algún día la maldición de Aaron Ramsey?