Que la revolución digital está cambiando completamente todos los ámbitos de nuestra vida, no es ninguna novedad. El acceso a contenidos, por ejemplo, pornográficos, se ha democratizado y la lista de páginas web que permiten acceder a este tipo de producciones de manera gratuita es, cada vez, más amplia.
Sin embargo, en la mayoría de películas, se suelen presentar algunos estereotipos muy manidos: el pene como protagonista de la relación sexual y una acción que en muchas ocasiones dista de la realidad en la cama.
La falta de educación sexual en las escuelas, junto con los tabúes que envuelven al sexo, pueden ocasionar que la única fuente de educación en este ámbito sea precisamente este tipo de pornografía. Algo que puede ser muy dañino para sus consumidores.
Para evitar esta situación, nace el proyecto 'Make love Not Porn', la primera red social que quiere mostrar el sexo de una manera diferente, lejos de las convenciones a las que ha estado sometiendo la industria pornográfica durante todo este tiempo. De una manera más real e íntima: "Nuestra plataforma tiene como objetivo crear una red social de vídeos que actúe como contrapunto del porno", relata su promotora, Cindy Gallop, en una conferencia de TED.
Su objetivo, además de conseguir beneficios, es el siguiente: "Queremos que la gente pueda hablar se sexo abiertamente, que las conversaciones sobre sexo estén socialmente aceptadas; para ello seguimos el mecanismo de las redes sociales y construimos un sitio totalmente abastecido por el usuario".
Gallup considera que la industria pornográfica ha quedado obsoleta con el auge de internet y que actualmente se está dedicando a producir vídeos con una violencia manifiesta con un único objetivo: llamar la atención y vender: "Ese crecimiento responde al miedo de los empresarios hacia el hecho de dejar de amasar dinero. Y, ¿qué hacen cuando eso sucede? Mirar lo que todo el mundo hace y reproducirlo". Algo que, a su juicio, se reproduce en los actuales realities show, donde el "voyeurismo y artificialidad" están a la orden del día.
¿Cómo funciona?
El funcionamiento es el siguiente: los colaboradores suben al servidor un vídeo sexual que hayan grabado espontáneamente, sin ninguna planificación, y que incluso puede aparecer de manera desordenada.
La compañía asegura que todos sus contenidos son completamente reales y que siempre se encarga de comprobarlo en todo momento. Después, los usuarios que se conectan para visualizarlos, deberán pagar una cierta cantidad por cada contenido que consuman.
Finalmente, el dinero obtenido por la empresa se dividirá a partes iguales entre las personas que hayan grabado el contenido y la propia red social. Los vídeos, insisten, no pueden contener artificios y deben representar la realidad más pura.
Se trata de acabar con la cultura falocéntrica que, a juicio de Gallop, únicamente se dedica a resaltar la satisfacción del hombre como punto importante y no atiende en ningún momento al bienestar de la mujer. En definitiva, a mostrar la sexualidad sin tapujos y como se vive en la vida real. Sin artificios. Sin tabúes.
