La invasión rusa en Ucrania no está yendo con la rapidez con la que Vladímir Putin esperaba. El Kremlin pensó en un momento que la toma de Kiev precipitaría la caída del país y, para ello, llamó a reforzar sus filas con la incorporación de los 'Kadyrovstsy', los 'seguidores de Kadyrov'.
Se trata de un cuerpo paramilitar que ha creado el dictador que controla con puño de hiero la república de Chechenia, incorporada por la fuerza a la Federación Rusia y que, tras diversas guerras, ha sido regada con dinero y represión para introducir un brazo territorial en el Cáucaso norte.
Magomed Tushayev formaba parte del 141º Regimiento Motorizado de la Guardia Nacional Chechena, un equipo de élite compuesto por unos 400 hombres. Además, era hombre de la máxima confianza y asesor del dictador checheno, Ramzan Kadyrov, el hombre al que Vladímir Putin permite prácticamente todo porque mantiene la región afín a Moscú bajo puño de hierro.
Kadyrov y Tushayev se han ocupado durante años de hacer desaparecer a cualquier persona 'sospechosa' de pertenecer al colectivo LGTBI, en una política de genocidio, es decir, facilitar que dicho colectivo se extinga por completo. Esto incluye secuestros, torturas, y asesinatos de cientos de personas.
El horror comenzó en 2017
El terror en Chechenia comenzó, en realidad, en 2017. Un hombre fue detenido por un asunto relacionado con el tráfico de drogas. Cuando los agentes investigaron su teléfono móvil, encontraron que había mantenido varios contactos con hombres homosexuales. A partir de ahí, empezaron a tirar del hilo para iniciar una cadena de arrestos.
En mitad de estas detenciones, la organización LGTBI Gayrussia pidió permiso para celebrar un desfile del Orgullo en cuatro ciudades chechenas. Esa solicitud fue desestimada y las autoridades desataron una campaña en contra de la población LGTBI, con movimientos exigiendo una especie de 'cacería'.
Cada detención de una persona LGTBI implicaba 'marcar' a esa persona frente a su entorno. Toda su familia, vecinos, compañeros de trabajo, sabían que el motivo de su ausencia y arresto: era homosexual, trans... el régimen comenzó a aprovechar esta circunstancia para amenazar a las familias bajo una regla no escrita en la sociedad chechena: el asesinato por honor. Para que la familia no sufra consecuencias sociales y esté condenada al ostracismo, las autoridades les entregan a la persona LGTBI y su padre, madre o hermano se encarga de arrebatarle la vida en su casa o en un lugar apartado. Con el total amparo del régimen. O con la total iniciativa del régimen, mejor dicho.
Cuando esto no sucede, se opta por los campos de concentración, donde se vive un auténtico infierno. Hay uno situado en el sur de Chechenia, en Argun y otro en la capital, en Grozny. Muchas de las víctimas mueren por las torturas. "Entre nosotros, lo llamábamos el 'carrusel'. Ellos te ponían boca abajo y te daban golpes con tuberías. Después obligaban a otros gays a pegar a la víctima. Cada uno se llevaba unos 80 golpes. Y así funciona... tu cuerpo se volvía negro y morado", era el relato de una víctima.
"Aprietan el botón, la corriente eléctrica te golpea y empiezas a temblar. Siguen subiendo la potencia y el dolor es insoportable, gritas y gritas y ya no sabes ni quien eres... Finalmente te desmayas, todo se vuelve negro, pero en cuanto vuelves a la consciencia, empiezan de nuevo. Cuando terminan contigo, oyes a tus compañeros empezar a gritar y gritar, el sonido de la tortura es todo el día y de algún modo, empiezas a perder la cabeza", fue el relato de otra de las personas que pasaron por estos campos.
La violencia llega por parte de las autoridades y por parte de la propia familia, que puede enfrentar consecuencias penales si no la aplica. El régimen aplica el principio de 'responsabilidad compartida' si no actúa contra los 'enemigos públicos', a los que considera a las personas LGTBI' Si no se ajusticia a una persona de este colectivo, se está colaborando con ellos.
Magomed Tushayev, muerto por las milicias ucranianas y muy cercano a Kadyrov, fue artífice de este genocidio. En mayo de 2021, el activista checheno Ibrahim Selimkhanov fue secuestrado en Moscú y enviado a Chechenia para ser interrogado. Logró escapar y retornar a la capital rusa. Varias organizaciones rusas confirman que Tushayev participó en el secuestro.
Tushayev ha sido abatido en Kiev. Fue rodeado por un regimiento ucraniano y "murió de rodillas", según las fuerzas que combaten contra los ocupantes rusos.