El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha querido valorar la situación actual de Cataluña en una rueda de prensa ofrecida desde la Cancillería del Ejecutivo del país latinoamericano.
Tras recalcar que "no me meto en los asuntos internos de España", el presidente ha aprovechado para entrar de lleno en el conflicto más importante que enfrenta el país ibérico durante todo su último período democrático.
Según Maduro, la detención de los políticos que llevaron a cabo el procés es "una vergüenza" y ha calificado como "presos políticos" a la cúpula del exGovern imputada por los delitos de rebelión, sedición y malversación de caudales públicos.
"Qué vergüenza lo que está pasando en España, presos políticos catalanes solo por sus ideas, más allá de que se esté de acuerdo o no con las ideas de estos diputados elegidos por el pueblo de Cataluña, es una vergüenza que los persigan", ha asegurado el presidente.
Por ello, Maduro ha realizado "un llamado a los movimientos sociales y a la humanidad entera a luchar contra la persecución política y a los presos políticos en España, y a acompañar al pueblo de Cataluña por su derecho a la democracia, a la libertad".
Malas relaciones con España
Las relaciones entre Caracas y Madrid se encuentran especialmente deterioradas. La escalada de tensión que vive Venezuela, la postura de Moncloa y los vínculos que algunos medios han atribuido a Podemos con el gobierno venezolano; han provocado todo tipo de desencuentros y batallas dialécticas.
Los partidos que sostienen en el Congreso al actual Gobierno de España se han posicionado en repetidas ocasiones del lado de la oposición venezolana; algo que no ha sido de especial agrado para la formación de Maduro.
Entre estas críticas, se encuentran las acusaciones contra Maduro por mantener "presos políticos", entre los que se señalan al fundador de Voluntad Popular, Leopoldo López, o el exalcalde Antonio Ledezma, que ahora reside en Madrid.
Quizás por todo ello, Maduro ha escenificado un apoyo cerrado al independentismo, aunque en público intenta moderar su postura para evitar una crisis diplomática que no interesa a ninguna de las dos naciones.