La Comunidad de Madrid (con competencias en Sanidad) no alertó al Ministerio sobre el elevado número de contagios de coronavirus en la región hasta la noche del 8 de marzo. Ese aumento es destacado, puesto que la consejería de Sanidad había informado de 28 diagnósticos presuntamente controlados y, en la misma noche del 8-M con la manifestación concluida, alertó de urgencia al Ministerio para asegurar que esos 28 contagios habían pasado a 234 diagnósticos y que la epidemia ahora se daba por descontrolada.
La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, fue una de las pocas dirigentes que se negó a participar en el 8-M a pesar de las peticiones de Pablo Casado. El mismo día de la manifestación había concentrado a 1.200 opositores y aseguraba que en la región se daba la crisis por controlada. Pero, un día después de ese 8-M, su postura cambió.
De hecho, desde la segunda semana de febrero había enfermos con síntomas sospechosos de coronavirus a los que no se les realizó el test, como ya se reclamaba desde Sanidad. Solo fue hasta el 25 de febrero, cuando se detectó el primer caso en Torrejón de Ardoz.
La alarma que se emitió en la noche del 8 de marzo se materializó en varias medidas de urgencia un día después, cuando Isabel Díaz Ayuso decretó el cierre de colegios, aunque con un período de tres días.
El informe de la Guardia Civil indica que, desde el 5 de marzo, no se deberían haber realizado concentraciones. Obvia, sin embargo, las reclamaciones que la Comunidad de Madrid enviaba al Ministerio de Sanidad, en virtud de la vía en que se organiza la cuestión sanitaria en España, donde las autonomías tienen prácticamente todo el peso.
La OMS tampoco desaconsejó acudir al 8-M ante los datos que proporcionaba Madrid
Los datos de Madrid, una región que se declaraba libre de coronavirus hasta el 25 de febrero y que tenía, en teoría, los casos muy focalizados y localizados hasta la noche del 8 de marzo; llevaron a que incluso la OMS no se mostrara contraria al 8-M.
Por ejemplo, la directora de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira, aseguró que la asistencia al 8-M no se desaconsejaba: "Con las medidas de higiene, el riesgo de contagio es limitado".
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, tampoco consideraba que fuera recomendable la suspensión del 8-M, principalmente porque Madrid se encontraba lejos de mostrar los datos de un brote descontrolado.
Todo cambió aquella noche. Con la manifestación ya concluida, la Comunidad de Madrid llamó al Ministerio de Sanidad y alertó sobre unos datos disparados. Desde entonces, la región se ha convertido en el epicentro de la pandemia.