La posibilidad de que España se esté encaminando hacia una segunda ola de coronavirus se está reafirmando con mayor fuerza en las comunidades autónomas de Catalunya y Aragón.
Los brotes en Lleida, la transmisión comunitaria en Barcelona y la expansión hacia Zaragoza, han convertido este área del noreste en uno de los principales focos de contagios en nuestro país.
En el caso de Catalu´ña, más grave que Aragón, sin embargo surge una particularidad: multiplica por cuatro los casos que se registran en la Comunidad de Madrid, pero el número de hospitalizaciones es más alto en esta última región.
Para hacernos una idea, los datos del Ministerio de Sanidad son sorprendentes. El pasado viernes, por ejemplo, Cataluña reportó 1.111 nuevos casos (Madrid 40, pero añadió 147 de días anteriores).
Pero la tabla de Sanidad indica 121 nuevos casos en la región, mientras que Madrid reportó 'solo' 40. Pues bien, las cifras de hospitalizaciones también de Sanidad, Madrid tiene 43 hospitalizaciones y 4 en UCI, frente a 33 ingresos de Catalu´ña y solo 1 en UCI. El dato de Madrid crece si atendemos a los datos directos de la Consejería de Sanidad, que indica 126 ingresos, 26 de ellos en la UCI.
¿Cómo se explica que Madrid, con muchos menos contagios que Cataluña oficialmente, pueda superar el número de hospitalizaciones? Sobre todo, cuando Cataluña supera en una media de ochos veces el número de casos diarios que reporta Madrid.
El problema de la detección de brotes
La diferencia entre ambos territorios podría tener múltiples explicaciones, pero hay un detalle especialmente importante: que Madrid pueda estar a las puertas de un escenario de transmisión comunitaria (si no se encuentra ya) y que no está siendo detectada, por lo que el aumento de hospitalizaciones podría indicar que hay más afectados, pero no se detectan ni se suman a la lista de contagiados.
Esta teoría coge fuerza si tenemos en cuenta que la Comunidad de Madrid tiene un fuerte déficit de rastreadores, solo cuatro brotes oficiales y que notifica casi todos los casos como aislados. Algo que cuesta comprender en una ciudad con 3,5 millones de habitantes, 6 millones si sumamos la corona metropolitana y el resto de localidades de la región.
Los expertos dudan sobre cómo será el avance de Madrid en las próximas semanas. La situación recuerda en cierta medida a la vivida por Barcelona en marzo, cuando registraba datos muy inferiores a Madrid hasta que, de repente, se dispararon hasta el punto de igualarse con la capital.
Este desconocimiento se suma al hecho de que Madrid es la única región de España, junto a Canarias, que todavía no obliga a usar mascarillas en la vía pública. Bien es cierto que hay una sensación de conciencia social porque la región ya ha sido epicentro de la pandemia, pero las presiones para aprobar este uso obligatorio crecen. La última en pronunciarse: la vicealcaldesa de la capital, Begoña Villacís (Cs).
El problema de los rastreadores
La capacidad de Madrid para identificar brotes está mermada, denuncia el Observatorio Madrileño de Salud (integrado por ayuntamientos, sindicatos, asociaciones profesionales y entidades sociales), porque no se cuenta con el número de rastreadores necesarios para localizar la expansión del coronavirus.
El responsable de acción sindical de la federación de sanidad y sectores sociosanitarios de CC.OO. de Madrid, Mariano Martín-Maestro, denuncia que solo se han contratado a 16 rastreadores de los 400 comprometidos, tal y como aparece reflejado en el Portal de Transparencia de la Comunidad de Madrid.
Además, de las 10.000 renovaciones de contratos a sanitarios como refuerzo para cubrir la crisis del Covid-19 que se acordaron en la Mesa Sectorial de Sanidad el 13 de mayo, quedan aún pendientes de formalizar 3.665.
