En una oposición a la que se presentaron casi 200 personas, Maria Gombau, logró sacar la nota máxima. La supuesta asesina de los niños optaba a conseguir un puesto de peón de limpieza en el Ayuntamiento de Rocafort. Las personas que iban con ella a clase la describen como alguien totalmente normal.
La joven asistió a todas las clases de preparatoria previas al examen. En el temario se incluian normativa reguladora del régimen local y diferentes temas relacionados con la prevención de riesgos laborales. El examen constaba de doce preguntas que Gombau respondió sin equivocarse en ninguna.
La prueba se realizó en las instalaciones de la Universidad de Valencia. Los compañeros y funcionarios que le asistieron a lo largo de todo el curso no vieron ningún tipo de problema en ella, pero en ningún momento se realizaron pruebas de carácter psicológico a los aspirantes.
La situación de los padres en la cárcel
¿Que tendría que pasarle por la cabeza a una persona para matar y enterrar a sus propios hijos? Los expertos aún se lo siguen preguntando. El gabinete psiquiátrico de la cárcel de Picassent trabaja para responder a esta incógnita. Mientras tanto, María ya ha tenido que ser atendida por brotes psicóticos en los que gritaba que quería ver a los pequeños.
El esposo y padre de los niños, Gabriel, no parece estar nervioso ante su situación de cautiverio. Sigue afirmando que él no ha matado a los niños y pide a sus familiares cercanos que se traslade a Valencia para ayudarle con la defensa del juicio.
El cuerpo criminalístico de la Guardia Civil está investigando el palo hallado en un pozo de la finca. Parece que se trata de un objeto contundente, similar al que se podría haber utilizado para perpetrar el crimen de los pequeños. La Guardia Civil no descarta nada, pero seguirá informando cuando hayan realizado todas sus pesquisas.