Tiene ahora la edad de su hermana cuando todo ocurrió. No ha sido fácil para ella y es que a sus 19 años, se encuentra dentro del marco de una familia que actualmente está destrozada. Vive sola y le gusta lo que a todas las chicas de su edad. Valeria Quer, única hermana de al fallecida Diana Quer, enseña en Instagram todo lo que hace y, aparentemente, es la vida rutinaria de cualquier chica de 19 años.
Sin embargo, su supuesta adicción a las drogas denunciada en público por su propia madre, las continuas salidas o las idas y venidas que le ha provocado la pérdida de su hermana y los continuos problemas familiares entre sus padres le estarían haciendo pasar por el peor de sus momentos.
Valeria está intentando sobrellevar, como puede, las consecuencias de toda una trama que se alarga desde el 22 de agosto de 2016, día en el que desapareció Diana. La posterior declaración de 'El Chicle' como asesino de la joven dejó a la familia consternada, pero el posterior hallazgo del cadáver y la audiencia preliminar del juicio fueron adelantando un proceso que ahora está a punto de terminar.
La única hija de los Quer López-Pinel no ha superado la muerte de su hermana, sin embargo, el martes 29 de octubre de 2019 será un día que marcará el comienzo del fin para toda su familia, incluidos sus padres, que actualmente no atraviesan la mejor de la situaciones tras haberse interpuesto recíprocamente denuncias.
Ella defiende a su padre. Su madre, Diana López-Pinel está "agotada" y ha puesto en tela de juicio el trato que Juan Carlos Quer habría dado a su hija. Según López-Pinel, no ha sido nada sano que le haya dejado irse a vivir sola a un apartamento de la localidad madrileña de Las Rozas, donde este le paga el alquiler.
Sin embargo, ella ya es adulta, supera la mayoría de edad y disfruta de su soledad en su nueva vivienda. El caso sorprende, ya que Valería, Diana y su madre tenían una muy buena relación antes del asesinato, de hecho, ambas compartieron el duelo y la preocupación durante los 16 meses que no se supo nada del paradero de su allegada.
Las disputas entre sus padres, foco actual del caso
Veranos y vacaciones juntas fuera de España, sus estancias en la casa familiar que sus padres compraron en A Pobra cuando ellas eran pequeñas, donde han pasado muchas temporadas para estar cerca, al menos sentimentalmente, del espíritu de la fallecida. Todo eso se desvaneció y ahora Valeria no puede ver a su madre y exime a Juan Carlos Quer de toda culpa contra la denuncia que Diana López Pinel interpuso contra él por un delito de violencia de género. Él tampoco se quedó de brazos cruzados y respondió con una por injurias y calumnias, en la que alegaba simulación de delito.
Ni siquiera la memoria de su hermana ha servido para mantenerlas unidas y, a unos pocos días que se celebre uno de los juicios más esperados de los últimos tiempos, la familia Quer López-Pinel no solo hace frente a lo que puede ser uno de los momentos más difíciles y dolorosos de su vida, sino que tendrán que tratar de cerrar brechas por los conflictos familiares avenidos tras su divorcio y lo concurrido tras la muerte de Diana.
A Valeria no le gusta especialmente la prensa y no duda en poner tierra de por medio ante cualquier declaración o manipulación de la información que lee acerca de su familia. Ya sea para apoyar una cosa u otra. Es cierto que al igual que con el caso Alcàsser, los medios de comunicación y la opinión pública han tratado de dotar este caso de un componente alejado del trágico hecho en sí que envuelve la desaparición y muerte de Diana Quer a manos de José Enrique Abuín Gey.
Un acontecimiento así ya es demasiado como para encima tener que jugar y sacar mediaticidad al contexto fraternal que rodea a la familia o incluso la vida de la propia damnificada.
Las voces más críticas lo han dicho desde entonces y con estos tiempos que corren, donde la información y el poder de comunicar está al servicio y alcance de todos, la búsqueda del morbo y el sensacionalismo, desgraciadamente, priman por encima de otros valores púramente humanos. Nada tiene que ver la relación de sus padres con sus hijas, las razones que motivaron su divorcio, incluso las vidas que llevaban los padres o la hermana de Diana para denunciar socialmente que lo que hizo 'El Chicle' es imperdonable, denigrante e inhumano.
Una lucha común
Si bien el feminismo es algo que Valeria defiende, especialmente tras lo ocurrido con su hermana, al igual que hacen muchos sectores de la sociedad actual, toda la familia espera que a Abuín se le atribuya la condena de prisión permanente revisable. Así lo pide la Fiscalía y así lo quiere toda la familia de la joven fallecida. No es de extrañar haber visto a Valeria Quer encabezando manifestaciones a favor de ambas cuestiones, como la del 8M, sosteniendo una pancarta en la que su hermana está presente. No solo ahí, en todas las facetas de su vida, se querían mucho, eran uña y carne. La muerte de Diana Quer no puede caer en el olvido y ella tratará de que no sea así, a pesar del dolor que ahora inunda sus pensamientos.
A pesar de las diferencias existentes entre ella y sus padres, los tres luchan por una misma causa, la misma por la que debería luchar la prensa. Diana López-Pinel intentará armarse de fuerza y valor para asistir a todas las sesiones del juicio contra el asesino de su hija. Siguiendo esta línea, tanto a ella como a su exmarido les tocará declarar el mismo día que da comienzo el juicio. Se verán las caras con el asesino de su hija, pero confían en la justicia para procesar lícitamente a Abuín.
¿Desenfreno o control?
Una de las formas que ha tenido Valeria de lidiar con todo a lo que últimamente ha tenido que hacer frente pasa por haberse mudado sola. Poco después de la detención de 'El Chicle', el hallazgo del cadáver de Diana y la reconstrucción de los hechos que llevaron a la resolución del caso, la hija de Diana López-Pinel se fue a vivir con su madre a Boadilla del Monte (Madrid), aunque poco después encontraría su lugar lejos de sus padres en un piso, debido a las desavenencias.
Su vida nunca volvería a ser la misma, tampoco la de sus padres, y pese a las disputas que mantienen en tensión a la familia, su madre está preocupada por ella. Así lo ha manifestado en varias ocasiones en televisión, especialmente ante Susanna Griso en 'Espejo Público': "Desde un principio su padre y yo hemos intentado llevarla". "A nadie en su sano juicio se le ocurre poner un piso a una niña de 18 años para que viva sola sabiendo las circunstancia en las que se encuentra. ¿Por qué no la ha llevado a vivir con él?", rechazaba públicamente, condenando así el trato de Juan Carlos Quer, al que ha intentado someter ante la justicia en numerosas ocasiones, hacia Valeria. Diana López-Pinel se aventura a calificarlo como "abandono".
Él aún posee su custodia, pero ella le acusa de mantenerla en unas condiciones que no considera adecuadas. López-Pinel no dudó en reprocharle a su hija su adicción a las drogas, haciendo alusión a que se disponga a mostrarlo en sus redes sociales y ella se haya tenido que enterar a través de este canal: "Temo por su vida. Son imágenes que han visto 75.000 personas". Sin embargo y pese a tener que enfrentarse a una vista por las trifulcas con su exmarido donde sabe que no contará con el amparo de su hija, la quiere proteger, aunque Valeria no hiciera lo mismo a las puertas del juzgado número 7 de Instancia e Instrucción en Majadahonda (Madrid). "Lo que más me preocupa ahora es la salud, la estabilidad y la vida de Valeria porque Diana ya no va a volver". "Su padre le da dinero y él mismo sabe que su hija lo gasta en estupefacientes".
No todo es digno de un escenario de una novela negra, que a Valeria también intenta llevar una vida lo más sana posible, en lo que a rutina se refiere. Le gusta pasear a sus dos perros, fieles compañías en desconocimiento de si tiene o no pareja; cocina y disfruta de ello; sale de fiesta; escucha música rock y a Amy Winehouse; hace mucho deporte y frecuenta una conocida peluquería del centro de Madrid. Además es activa en redes sociales, especialmente Instagram, donde cada día llegan decenas de mensajes de apoyo que ella no siempre puede contestar: "Quiero pediros perdón a todas las personas a las que no os contesto. Simplemente no me lo tengáis encuenta. Estoy pasando por un momento muy duro de mi vida. Deciros que os leo y que me encantaría contestaros pero no me encuentro demasiado bien; agradeceros el amor y el apoyo".
En cuanto a su físico, ha cambiado radicalmente. Ya no es rubia, sino que tintó su pelo de color castaño y cada vez son más visibles los tatuajes en su cuerpo. Uno de ellos, el rostro de su hermana Diana, impregnado en la piel de uno de sus gemelos. Le acompañará toda la vida y es que parece que esta Aries le ha cogido el gustillo a la tinta y a las agujas, los piercings y los maquillajes que llaman la atención. Su estilo, muy particular, podríamos relacionarlo con el de muchas cantantes de la actualidad, aunque con una distinción. Una mezcla entre lo gótico y el ráchet.
A Pobra, el lugar donde estar cerca de Diana
Como ya hemos dejado entrever en líneas anteriores, la relación con su madre se ha ido enfriando progresivamente desde aquella noche de agosto. Un mes antes de la desaparición de Diana, las tres viajaban a Atenas para visitar el impresionante panorama de la Grecia Clásica, a orillas del Mediterráneo. Ocurrió días antes de que acabaran sus vacaciones de verano en A Pobra do Caramiñal, donde acudían cada año antes de volver a Madrid. Fueron días felices para las dos hermanas y su madre, algo que no se volvería a repetir después de que la madrugada del 21 al 22 de agosto de 2016, Quer no volviera a casa tras ir a las fiestas de O Carme dos Pincheiros con la pandilla de amigos que Valeria y ella habían encontrado allí. Valeria decidió quedarse en casa y su madre le acercó.
Nunca se volvió a conocer el paradero de la joven después de que se despidiera de sus amigos y emprendiera un paseo de unos 20 minutos. Pasaron más de 400 días hasta que su asesino, de 44 años, confesó lo que había hecho, tras ser investigado por antecedentes de narcotráfico y una denuncia interpuesta por una vecina de Boiro. Rosario Rodríguez, su mujer, le dejó sin coartada y fue detenido. 'El Chicle' estranguló y escondió el cuerpo de Diana Quer en un pozo de una finca cercana a su familia. Su silenció le duró tanto como días que madre e hija no se separaron de la televisión esperando noticias y lanzando proclamas.
Ambas volvieron en muchas ocasiones a Galicia, para ellas era la única manera de estar cerca de Diana y rendirle homenaje, especialmente en las dos Navidades previas al hallazgo del cuerpo. "Siempre que muere alguien querido, no sé por qué, siempre buscas esos sitios. Yo pienso que no hay que huir de las cosas. Por mucho que quieras esconder la cabeza, siguen ahí. Es mejor enfrentarlas que postergarlas. Ese es mi parecer", declaró Diana López-Pinel ante el diario El Español. La madre de Valeria y Diana Quer volverá a la localidad gallega para pasar los días previos al inicio del juicio contra 'El Chicle', que ya ha sido trasladado a la prisión de Teixeiro, después de que las autoridades decidieran mantenerlo alejado de las cárceles de la comunidad autónoma por seguridad.