"No". Así de contundente ha sido Emmanuel Macron, presidente de Francia, mostrando su oposición al proyecto de gasoducto entre Cataluña y la región gala de Midi, el llamado MidCat, lo que convertiría a España en un exportador de gas a Europa y no en una isla energética como ocurre en la actualidad.
A pesar de que hace tan solo unos días Francia anunciaba que iba a revisar el proyecto, promovido también por Portugal y Alemania, Macron ha terminado por desecharlo de un plumazo. "¿Invertir ahora en un tercer gasoducto (entre el territorio español y el francés) respondería a nuestros problemas? No lo creo", ha asegurado en rueda de prensa en el Elíseo.
Para justificar su su postura, Macron ha argumentado que los dos gasoductos ya existentes entre España y Francia (por el País Vasco y Navarra) están "infrautilizados" operando en la actualidad a la mitad de su capacidad.
"No entiendo por qué deberíamos saltar como cabras del Pirineo para explicar que (el MidCat) serviría para solucionar el problema gasístico actual", ha ironizado el presidente galo, que sí ha defendido una mejora de las interconexiones eléctricas entre ambos países, pero no de las gasísticas.
El plan de Francia
Paralelamente, Macron ha reconocido que Francia necesita "la solidaridad europea con la electricidad" después de que más de la mitad de los reactores nucleares franceses están parados por cuestiones técnicas. Eso, junto a los precios más baratos de la electricidad en España, ha llevado a incrementar las exportaciones de electricidad a Francia en los últimos meses, lo que ha servido al Gobierno español para presionar al país galo sobre el MidCat.
En la rueda de prensa, Macron ha apostado por exportar gas hacia Alemania para a su vez importar electricidad desde el país. "Por primera vez en mucho tiempo, Francia está exportando gas al resto de Europa. Vamos a levantarnos y ponernos en una posición de solidaridad con el gas con Alemania si el invierno es difícil y lo necesita", ha indicado.
También Macron ha afirmado estar a favor de reformar el mercado europeo de la electricidad para que los precios se fijen "de forma coherente" y en consonancia "con los precios de producción".
Además, ha hecho propia la demanda que el Gobierno de Pedro Sánchez presentó en Bruselas hace tan solo un año indicando que Francia está a favor de las compras comunes de gas a nivel europeo y de la fijación de topes al precio del gas ruso exportado a Europa por gasoducto como el NordStream, cuyo flujo ha quedado cerrado este lunes de manera definitiva.
Macron también se ha mostrado a favor de un impuesto europeo que grave a los operadores del mercado eléctrico. La recaudación de este "mecanismo de contribución" se transferiría a los Estados miembros para "financiar sus medidas nacionales". "Este es el enfoque que apoyamos. Es lo más coherente para evitar distorsiones entre europeos. Es lo más justo y sería lo más eficaz. Si tal enfoque no pudiera tener éxito a nivel europeo, tendríamos que analizarlo a nivel nacional", ha declarado.
