La llegada de Emmanuel Macron al poder en Francia hace 3 meses tenía lugar en un momento en el cual había que elegir entre "Guatemala" y "Guatepeor". No ya por la tendencia política o los planes del político francés, sino que su popularidad no se ha mantenido en buenos niveles desde que venció en las urnas a la extrema derecha de Marine Le Pen. Estamos hablando de que entre junio y julio pasó de que el 64% de los franceses y francesas se encontrarán satisfechos con el presidente, al 54%, una bajada de 10 puntos en un mes que no ha dejado indiferente a nadie.
La última noticia que ha llevado al descontento en Francia ha sido la publicación de la revista Le Point, que ha revelado que Macron se ha gastado en estos 3 meses de mandato hasta 26.000 euros en maquillaje. Dos facturas llegaron al Secretario General del Elíseo, una de 10.000 euros y otra de 16.000, equivalentes a un sueldo de 8.000 euros mensuales. La ciudadanía francesa ha estallado en las redes sociales ante esta noticia, y es que se les avecina una reforma laboral y unos recortes que no les mantiene, precisamente, con un buen estado de ánimo.
Sarkozy y Hollande tampoco ahorraban en estética
La cuestión es, ¿está un país preparado para afrontar tener a un maquillador y/o un peluquero pegado constantemente a sus presidentes, gastando tales cantidades de dinero? Responsables del Elíseo han contestado rápidamente, tras conocerse el valor de las facturas de Macron, que tenían intención de "reducir significativamente" este gasto". La causa del mismo sería "la urgencia del momento después de su llegada al Elíseo" y que "corresponde a diferentes prestaciones, como ruedas de prensa y desplazamientos al extranjero a los que hay que desplazar a esta persona para que le acompañe". Esta profesional responde al nombre de Natacha M., y sería la misma mujer que le acompañaba realizando el mismo trabajo cuando él era Ministro de Economía del país.
Sin embargo, se trata de un gasto que dentro del entorno político francés no sorprende, e incluso los portavoces del Gobierno han dicho que Macron gasta menos que los presidentes previos. Ya Nicolas Sarkozy gastaba una cantidad similar en maquillaje, y su sucesor, François Hollande, pagaba hasta 10.000 euros al mes a su peluquero personal (más 6.000 de maquillaje). En declaraciones de las profesionales de estética que trabajaron para los dos presidentes previos a Emmanuel Macron, tenían que estar constantemente disponibles para su trabajo, y viajar con ellos. El peluquero de Hollande, ademá, dijo haber llegado a perderse el nacimiento de sus hijos, por lo que la cifra estaba más que justificada.
Al igual que ocurre en España, en Francia y otros países europeos se mira con lupa cada gasto excesivo de los gobernantes en medio de una situación en la que las cifras de pobreza, las bajadas de salarios y la inestabilidad laboral son las preocupaciones de la gente de a pie. Sólo esperemos que en un país donde la ultraderecha ha estado a punto de llegar al poder, ésta no se vea alimentada por estos episodios.