¿Existe machismo en el mundo LGTB? Luciano Muriel, autor de la obra teatral 'Desde el Azul', cree que sí. La obra cuenta la historia de Guillermo, y su autor nos explica en qué consiste: "Guillermo es un niño que vive encerrado en una torre. Allí no tiene contacto con nadie, excepto con un personaje que de vez en cuando aparece para jugar con él. Es este personaje quien le promete que algún día le llevará a lomos de su caballo a una especie de lugar paradisíaco llamado el Azul".
Pero esta idea es consecuencia de una obra anterior ('Luz frágil'), también escrita por Luciano, en la que el autor explora los arquetipos que perviven en el inconsciente del colectivo homosexual: "El proyecto finalmente pasó a convertirse en una trilogía que abordará las figuras psicoanalíticas más significativas para el mundo LGTB: la sombra ('Luz frágil'), el ánimus ('Desde el Azul') y el personaje, arquetipo que trataré en mi próximo texto".
¿Qué tipo de micromachismos encontramos en el mundo gay?
Para Luciano, la actitud de algunos homosexuales no se diferencia demasiado de la de los heterosexuales. El autor hace una crítica de los cánones de virilidad impuestos por una sociedad machista: "desgraciadamente existen micromachismos por todas partes, cada vez más sutiles y por tanto más peligrosos, por eso es tan necesario hablar de ellos. Es muy curioso ver cómo entre los chicos gays se ha establecido inconscientemente una especie de escalafón muy parecido al de los heterosexuales: se humilla al más débil o amanerado (la llamada coloquialmente plumafobia, por ejemplo, no es más que la punta del iceberg), se han creado roles de poder que en muchos casos se asemejan a la situación que las mujeres padecen, se siguen valorando cualidades propias del macho primitivo (la virilidad, la fuerza bruta, etcétera)".
Nadie se libra de estos micromachismos, ni siquiera el autor de la obra, que practica la autocrítica. Para él, todos somos víctimas y verdugos en este escenario: "no solo he sufrido las consecuencias del machismo en este mundo, sino que también las he provocado. Es imprescindible hacer un profundo ejercicio de consciencia para empezar a librarse de estas actitudes".
Por eso es tan importante la proyección de esta obra teatral, puesto que el público necesita, a través de la ficción, entender esta problemática y ser consciente de que pertenecemos a un mundo lleno de prejuicios y estigmas: "sentarse a ver este viaje interior que todos individualmente hacemos creo que despierta los sentidos y abre la mente. Al igual que ocurre con los cuentos de hadas, nuestro niño interior necesita de esta clase de historias para aprender a enfrentarse al mundo mientras se entretiene y se emociona".
Reflexión a través de la polémica
Luciano tenía claro desde el primer momento que lo más importante para él era crear conciencia a través de la polémica: "sin duda lo que quería conseguir desde el principio era crear polémica. Mi intención es que se cree un debate en el que algunos estarán de acuerdo conmigo y otros muchos discreparán, porque ese será el germen de la conciencia, y por tanto del cambio".
Sin embargo, es un tema nada tratado en el mundo del arte y la cultura. Por ese mismo motivo, Luciano juega con una baza a su favor (la originalidad) y con un hándicap (el posible rechazo a lo desconocido): "estoy preparado para todo tipo de reacciones. Estoy seguro de que muchas personas empatizarán y descubrirán algo nuevo de sí mismos, al igual que estoy seguro de que otras considerarán que la tesis de la obra trata un problema irreal. Es lo normal. No todo el mundo tiene la misma predisposición a la hora de que les hablen de un peligro que para ellos antes no existía".
Aun así, el proyecto no podrá llevarse a cabo si no es con la ayuda del público. Luciano ha emprendido una campaña de crowdfunding para llevar a cabo su sueño: "hemos puesto a disposición de nuestros mecenas recompensas muy atractivas y solo se podrá disfrutar de ellas invirtiendo. Una de ellas es el coloquio que haremos después del preestreno en diciembre, donde todas las personas que asistan podrán decirnos a la cara lo que piensan sobre la obra, o abrazarnos, o insultarnos, o incluso ligar con los actores si eso es lo que en realidad les interesa. Los límites, como siempre, los establece el público". El creador fantasea con la posibilidad de conseguir la meta de 3.000 euros y confía en ello: "conozco a varios amigos y compañeros que lo han probado, y a veces funciona. No es un camino nada fácil, no obstante considero que hay que intentarlo. Nunca sabes cuándo un proyecto puede interesar al público".
Pase lo que pase, Luciano está muy satisfecho por haber conseguido ser finalista en el II Certamen de Literatura Queer Homo/Gay de LUHY Editorial. Pero necesita un empujón más, y el apoyo de la gente para conseguir llevar a cabo la obra teatral, que protagonizarán Luis Barrabí e Igor Estévez.