Los niños al Bernabéu y las niñas en clase haciendo ganchillo. Ese es el método con el que el colegio Juan Pablo II de Alcorcón, en Madrid, ha decidido educar a los menores que acuden diariamente a sus aulas.
El centro concertado, de corte católico, es el primero de la cadena Educatio Servanda, es decir, uno de las 18 escuelas de la región que educa a niños de primaria y secundaria de manera segregada según el sexo.
Según denuncia Cadena Ser, el colegio imparte talleres de ganchilo a los que tienen prohibido apuntarse los niños de género masculino. En cuanto a las excursiones, los niños acuden a lugares como el Estadio Santiago Bernabéu y las niñas a comedores escolares -recuerda en cierta medida a la Sección Femenina-.
Es decir, el centro educativo se encarga de perpetuar los roles de género desde la infancia sin dar la posibilidad a los menores de conocer mejor otras realidades, y prácticamente sin mantener contacto con las personas del sexo opuesto.
En medio de toda esta polémica, la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid ha confirmado que enviará a un equipo de inspectores para que valoren la situación que se vive dentro de las aulas. Si tras la investigación se ven tintes "discriminatorios" en sus actividades y estas no hubieran sido debidamente comunicadas, el gobierno regional no descartaría sancionar al centro, tal y como ha confirmado el consejero de Presidencia y Justicia, Ángel Garrido.
El ejecutivo autonómico ha afirmado que la inspección comenzará a la vuelta de las vacaciones de Semana Santa, puesto que las actividades extraescolares sexistas "no forman parte de las que ha registrado este colegio al inicio de curso".
Los centros concertados, como ha informado la Consejería de Educación, deben de informar a la Administración -en concreto, a la Dirección de Área Territorial- de las actividades extraescolares que se impartirán durante el curso. El organismo debe revisar si cumplen algunos requisitos como ser voluntarias o no tener carácter lucratico.
Por ello, es bastante llamativo que estas actividades hayan sido ocultadas de manera intencionada a ojos de las autoridades, por lo que Educación recuerda que al inicio de este curso sacaron una resolución con instrucciones para los colegios concertados "aclarando y resumiendo toda la normativa" para impartir estas actividades.
"La ley contra la LGTBfobia es igual que el fanatismo terrorista"
El director del colegio Juan Pablo II, Carlos Martínez, afronta con esta noticia su segunda polémica, tras haber sido sancionado en 2016 por comparar la ley contra la LGTBfobia aprobada por unanimidad en la Asamblea madrileña, con el "fanatismo terrorista".
En una carta dirigida a los padres del centro, Martínez comenzaba con perlas como "los cristianos hemos recibido la verdad no para esconderla, sino para predicarla" o "parece que arrecian tiempos de persecución", mientras critica que aún existan otras confesiones que son un "error", tras considerarlas como "falsas religiones e ideologías". Sí, Martínez considera que es la única persona del planeta con la verdad absoluta.
Después de esto, no tiene reparo en continuar: "¡Qué dogmatismo acusar de discriminación a quien piensa diferente! ¡Qué despropósito imponer una ideología a fuerza de sanciones". estas palabras venían en contra de la Ley contra la LGTBfobia en la Comunidad de Madrid, una legislación que tan solo pretende evitar la discriminación a la que diariamente se enfrentan las personas que no piensan como Carlos Martínez. Para él, defender a un homosexual de una paliza es igual que el "fanatismo terrorista", puesto que considera que las instituciones "deberían defender a la familia y nuestras raíces cristianas" y sentencia: "¡Qué barbaridad prescindir de la verdad natural del hombre y del derecho inalienable de los padres a la educación de los hijos!".
Después de comparar los derechos de los homosexuales con el "fanatismo terrorista", aún quedaba el "gordo": "la ideología de géneros e igual que es Islam". No sabemos qué considera que tiene que ver una religión que profesan millones de personas de manera pacífica con defender los derechos de la mujer, así que nos gustaría saber a qué se refiere.
Arcópoli ha denunciado además que el centro enseña a los niños que "la homosexualidad es una enfermedad" y que "es posible curar a los homosexuales". Son niños de primaria y secundaria, que se están educando en unos valores ciertamente discriminatorios.
La Comunidad de Madrid decidió en su momento sancionar al centro por dicha misiva. Habrá que esperar hasta después de Semana Santa para conocer la resolución que toma en este caso.