El Jurado de lo Penal número 1 de Huesca ha condenado a Luis Irzo, el exconcejal del PP de Huesca, a más de cinco años de cárcel por vejaciones y malos tratos a su mujer y sus tres hijos. También se le ha retirado la patria potestad de sus hijos durante cinco años y una orden de alejamiento de más de 200 metros de sus exesposa e hijos durante cuatro años.
Luis Irzo fue concejal de Nuevas Tecnologías y de Desarrollo de Huesca en la legislatura 2011-2015. En 2016, su mujer, cursó una denuncia por malos tratos cuando Irzo se encontraba en la oposición por la que fue detenido. Por ello, se vio obligado a renunciar a su acta y se dio de baja en el Partido Popular, aunque proclamó a los cuatro vientos su inocencia a través de un comunicado.
Maltratos durante años
La sentencia dicta que Luis Irzo maltrató con constantes agresiones y vejaciones a su mujer e hijos durante años en el domicilio familiar. En lo que escribe el magistrado, según apunta Público, Irzo "perdía los estribos ante la menor contrariedad" y, en muchas ocasiones, empujaba y zarandeaba a su esposa delante de los hijos. Relata que por simples cuestiones del hogar como, por ejemplo, la falta de un cubo de la basura la golpeó "con el puño en el antebrazo", delante de los niños.
Según los agentes de la Policía, la mujer era reacia a denunciar a su marido porque nadie la iba a creer. El magistrado lo deja bien claro que "ni el retraso en denunciar, ni el hecho de que no haya denuncias previas" pueden ir "en contra de la víctima".
Agresividad contra sus hijos
Este maltrato y, como explica la sentencia, no paraba en su mujer y llegaba a sus hijos -un niño y dos niñas-. Irzo los "sometía a un clima de dominación, menosprecios, insultos y constante agresividad, haciéndolos objeto de actos de violencia física y verbal" y añade que llegó a cogerlos "por el cuello o por el pelo" y a aplicarlos castigos "totalmente desproporcionados", según explica el magistrado en la resolución.
El juez relata, como hechos probados, que Luis Irzo llegó a obligar a una de sus niñas a tragarse la comida que había vomitado, a otra le metió la cabeza en el plato cuando no quería comer u obligar a dos de ellos a cenar de rodillas guisantes pisoteados, entre otros sucesos, según apunta Público. Mientras, Irzo solo admitió que "en alguna ocasión" había dado un "cachete en el culo" a sus hijos cuando se portaban mal y que "lo hacía en ejercicio del derecho de corrección y en beneficio del menor".