España es uno de los países más ricos en cuanto a monumentos y lugares turísticos. No obstante, hay algunos lugares que siguen siendo desconocidos para el público visitante, así como su historia. Os dejamos aquí algunos de los sitios abandonados más impresionantes de nuestro país.
1El Castillo del Infierno de la colonia Güell
En el llamado Castillo del Infierno destaca una de sus fortalezas del S.X: la Torre Salvana. El lugar debe su nombre tan tétrico a algunos de los acontecimientos paranormales que se dieron entre sus paredes. Los visitantes cuentan que oyeron en él varias psicofonías y que, en ocasiones, entraba por la ventana de la torre un humo negro, denso y viscoso, que desaparecía en esa misma pared. Este tenebroso castillo se encuentra a la entrada de la famosa Colonia Güell, en Santa Coloma de Cervelló.
2El psiquiátrico abandonado en Navacerrada
Con una apariencia digna de las mejores películas de terror, el Sanatorio de Santo Ángel lleva más de 20 años abandonado. Fue construido para curar la tuberculosis, ya que el aire de la sierra era muy beneficioso para los pacientes. Con los avances médicos, acabó convirtiéndose en un centro psiquiátrico hasta su cierre en 1995.
Algunos lugareños han dicho que han oído varios gritos desgarradores que provenían del edificio. También se han vislumbrado figuras misteriosas de personas en sus ventanas sin cristales o luces encendidas en los pasillos de este centro abandonado.
3Antigua fabrica de armas en la Selva Irati
Ubicada en Orbaizeta, al norte de España, esta fábrica de armas estuvo activa durante 10 años, hasta su cierre en 1884. Desde entonces, continúa allí sin mucho que hacer, cuando en su momento fue una de las fábricas claves al estar en una zona de conflicto, haciendo frontera con Francia. Trabajaba con materias primas como el hierro, la madera de las hayas trasmochas (que convertían en carbón) y el agua que generaba energía, elementos indispensable para la producción.
4Fuerte de San Cristóbal
El 22 de mayo de 1938, 795 presos republicanos huyeron del Fuerte de San Cristóbal. Navarra fue escenario de la mayor fuga de presos de la Historia de España. Durante la Guerra Civil, esta fortaleza retuvo en sus paredes a unos 2.497 reclusos (en su mayoría republicanos). De lo que lograron escapar, 221 murieron en el intento. Se concibió originalmente como una construcción estratégica para defender Pamplona tras la última Guerra Carlista. Su historia como cárcel del régimen franquista terminó en 1945.
5El Canto de Pico
Esta edificación cuenta con miles de historias fascinantes entre sus paredes. Durante la Guerra Civil, Canto del Pico fue tomado por los republicanos. El histórico Antonio Maura murió dentro de él, al caerse bajando sus escaleras. Apartado del bullicio de Torrelodones, este edificio fue cuartel de Indalecio Prieto, general que dirigió la batalla de Brunette.
El conde de Las Almenas regaló esta residencia al general Franco, quien la tomó como su refugio personal para cada aviso de atentado por parte de ETA. Fue una finca clave para muchos dirigentes de España y no tuvo un final muy feliz. Una empresa británica la adquirió en 1999 para un negocio que nunca se inició.
6El internado de la "élite"
El Colegio internado Internacional de Izarra fue uno de los más prestigiosos de Álava. Según los exalumnos que allí estuvieron, en este internado estaba "lo peorcito de lo mejorcito" del país. Antes de convertirse en un centro de estudios, Izarra sirvió como residencia a la familia Oriol, unos marqueses afines de Franco que ayudaron a financiar el golpe militar contra la República.
Después de la Guerra Civil, la casa pasó a manos de los jesuitas y, en 1967, un rico empresario bilbaíno lo convirtió en un internado de élite. Construyó varios pabellones y amplió las zonas de ocio: piscinas, hípica, jardines, pista de patinaje, de tenis, etc. No obstante, las acusaciones de pederastia al dueño del centro acabaron por cerrar este internado.
Su prestigio se intentó recuperar conviertiéndolo en viviendas de lujo, por la Fundación del Deportivo Alavés, pero no obtuvieron los permisos del Ayuntamiento de Urkabustaiz. En 2011 el internado de Izarra sufrió un grave incendio y desde entonces, permanece tapiado. El recinto está vigilado y en él aún se conserva el altar de los jesuitas, esculturas y las salas del colegio.
7El pueblo de Escó
El pueblo de Escó es una de las historias más tristes en la década de los sesenta. El objetivo en ese momento era construir el embalse de Yesa, entre Navarra y Aragón. Sin embargo, Escó (Zaragoza), estaba al límite del embalse, haciendo frontera con el Reyno. Escó fue catalogado como pueblo abandonado y contaba hasta 2010 con cuatro habitantes: Félix Guallar y sus tres hijos, pastores. Félix falleció en 2010.
Algunas sequías severas, como la de 2005, dejaron a la luz lo que había sido este pequeño pueblo de Zaragoza. Para la construcción del de Yesa embalse también se ordenó abandonar los pueblos vecinos de Ruesta y Tiermas también, dejando sus calles completamente vacías de vida.
8Isla abandonada de Chiclana
Sancti Petri es un islote que se encuentra en la provincia de Cádiz. Se dice que antiguamente albergaba el templo más famoso de Occidente: el templo de Hércules. En su momento, fue un lugar próspero pero con la crisis de los 70 se fue a la ruina, llevando consigo a las familias, quiénes tuvieron que abandonar la isla. Entonces no quedaron más que escombros, musgo y salitre. Actualmente se realizan visitas guiadas al castillo de Sancti Petri.
9El palacio de los Gósálvez
Este palacio con inspiración versallesca está situado en Villalgordo de Júcar (Albacete). En 1902, la estirpe de los Gosálvez habitó el lugar tras mandarlo edificar como un palacio de influencia francesa, pretenciosa y que cuenta con casi 370 ventanas. En 1960, la fortuna de los Gosálvez decayó y el palacio solo quedó como metáfora de su linaje. La esposa del zar Nicolás II regaló a la familia la fuente central. Hoy solo queda la base y el recuerdo. Se conoció como «la zarina».
10.La Colonia del socialismo utópico
La Colonia de Santa Eulalia en Alicante ha pasado a la historia por enmarcarse dentro de lo que se llamó el "socialismo utópico", una comunidad organizada, equitativa y democrática. Fue creada por Antonio de Padua Saavedra, conde de Alcudia y Gestalgar, influido por el socialismo utópico de las colonias industriales desarrollado en Cataluña. En 1887 se declaró «Colonia Agrícola de Primera Clase con el fin del cultivo, recolección y elaboración de productos agrícolas».
El lugar contaba con un teatro, un economato, una fábrica de harinas, otra de alcohol, administración de correos, jardines, almacenes, escuela, estación de ferrocarril, un casino y el palacio de los condes. En la mansión, todavía se distinguen algunas de las dependencias como el salón, el despacho, la biblioteca, unas 12 habitaciones y el patio central.
