Lucía Etxebarria ha vuelto a los medios para hablar sobre el mercado negro de las pastillas para estudiar, que suponen una alerta en nuestro país. Algunos estudiantes llegan a pagar hasta 50 euros por dosis, bajo la promesa de diez horas de absoluta concentración, sin embargo, no tienen en cuenta los riesgos que entraña.
Durante una intervención en el programa de Cuatro 'En boca de todos', Lucía Etxebarria ha relatado su experiencia, puesto que ha confesado haber consumido este tipo de pastillas.
"Cuando estaba estudiando Psicología me dieron una, mi propia sobrina, que estaba recetada legal y me lo tomé para estudiar un examen. Me lo tomé por la noche y suspendí el examen", ha confesado Lucía Etxebarria.
Después de tomarse la pastilla, asegura que sintió un "subidón" por el que "yo creía estar siendo una iluminada y que lo estaba entendiendo todo y que era fascinante". Pero la realidad era totalmente diferente, ya que suspendió: "Crees que sabes más de lo que sabes y me dio taquicardia".
Por estos motivos, Lucía Etxebarria ha lanzado como consejo no empastillarse para enfrentarse a exámenes: "No lo recomiendo por dos razones, por la taquicardia y porque crees que te está yendo maravilloso, que te está entrando todo como si viniera Dios a dictártelo y no te estás enterando de nada". Como reconoce, la realidad es que "es una especie de alucinación, un subidón".
Los riesgos de las pastillas
Durante el programa ha intervenido Manuel Antonio Fernández, neuropediatra y experto en TDAH, que ha revelado los riesgos de este tipo de fármacos: "Uno de los efectos que se quiere conseguir con esto es mejorar la concentración y el rendimiento en el estudio, pero los objetivos de estos tratamientos no están localizados solo en eso, sino en mejorar los procesos de autocontrol de todo tipo en nuestro organismo", ha explicado.
De este modo, relata que algunos consumidores han sufrido "alucinaciones visuales y auditivas". "Hoy en día, cualquier cosa que quieras conseguir en el mercado negro lo puedes conseguir y los precios no son desproporcionados. Cualquier medicamento, al final, se vende en el mercado negro y es habitual".