La noticia saltaba a todos los medios de comunicación de forma masiva: la Casa Real, poco dispuesta a vincularse a ningún colectivo, se había posicionado a favor de la comunidad LGTBI. Los Reyes, en una misiva dirigida a AEGAL -asociación de comerciantes del colectivo-, habían querido desear que el WorldPride fuera un éxito.
Hay que ser realistas. En un principio hasta el que escribe estas líneas se lo creyó y todo nos pareció una noticia maravillosa después de tantos años en los que prácticamente ninguna autoridad -no olvidemos las trabas que Ana Botella 'dosperasdosmanzanas' puso a la celebración del evento- había querido apoyar desde las instituciones al Orgullo Gay madrileño.
Ahora todo son elogios hacia el colectivo. Pero no, la carta se ha sacado completamente de contexto. Y para evidenciarlo, no hay que hacer más que leerla al completo y conocer un poco mejor la historia.
1 La iniciativa no partió de los Reyes
Es cierto que la Casa Real fue la que mandó la misiva, pero aquí hay que tener en cuenta algo: actuó en respuesta a una carta que AEGAL, la asociación de comerciantes vinculada al colectivo LGTBI de Madrid, decidió enviar para pedir un apoyo expreso.
Sin embargo, los Reyes no se han movido, si quiera, para escribir unas líneas. Quien ha respondido ha sido el propio Jefe de la Casa de su Majestad el Rey, Jaime Alfonsín Alonso. La Casa Real, por regla general, tiene la obligación de responder a todas las misivas y dudas que se le plantean, pero no tiene porque ser el Rey el que aporte sus propias palabras, por lo que su gesto fue un mero trámite.
2 Los Reyes dieron, en realidad, la callada por respuesta
Con tan solo echar un ojo a la carta de respuesta, se puede evidenciar cómo todos los medios lo han sacado de contexto, ya sea con un fin o no detrás, algo en lo que nosotros no entramos.
Jaime Alfonsín, en un evidente tono institucional y diplomático, responde con mucho respeto a la carta de AEGAL, aunque básicamente les está mandando, en finas palabras, a dar una vuelta.
"Sus Majestades los Reyes agradecen esta información y me encargan que, en Su nombre, le envíe un cordial saludo, con el deseo de que la celebración del citado evento constituya un éxito, lo que cumplo con el mayor agrado", fue la respuesta de Alfonsín. Seamos sinceros, no es un apoyo cerrado, era evidente que la Casa Real no iba a mostrar su desprecio por el Orgullo LGTBI, pero se hubiera esperado algo así como "Por supuesto, apoyamos totalmente el Orgullo" que tan cerradamente defendió la actual alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
Sin embargo, aún pueden quedar dudas sobre este apoyo, y puedes pensar que el deseo de éxito es un apoyo bastante manifiesto. Por ello, la carta prosigue y esta parte ya no ha salido tanto en los medios de comunicación.
3 La parte de la misiva real que han evitado algunos medios de comunicación
La carta prosigue y esto, seguramente, no lo hayas visto en todos lados: "Respecto a su amable sugerencia de contar con un apoyo expreso de Sus Majestades para este evento, deseo informarle que esta Casa se ha visto obligada a mantener un criterio muy restrictivo ante el elevado número de solicitudes que recibimos para vincular a Sus Majestades a diferentes iniciativas. Estoy seguro de que comprenderá la dificultad de hacer una excepción que podría generar agravios comparativos con las propuestas que han sido declinadas".
Literal. La respuesta de la Casa Real ha sido, básicamente, afirmar que no apoyan al colectivo porque no apoyan a otros. ¿A quién puede ofender una celebración en la que un colectivo pide respeto por amar o por tener una identidad de género que ciertos grupos no le quieren otorgar? ¿Dónde está el problema? Quien haya acudido alguna vez al Orgullo, es totalmente consciente de que en ningún caso se está discriminando a nadie.
4 La incongruencia de la Casa Real
La monarquía asegura que no quiere posicionarse a favor de ningún colectivo. Podríamos llegar a comprender su postura si, al menos, la hubieran mantenido a lo largo del reinado de Felipe VI.
Si nos remitimos, por ejemplo, al último discurso de Navidad, el Rey no dudó en posicionarse contra la Ley de Memoria Histórica: "son tiempos para profundizar en una España de brazos abiertos y manos tendidas, donde nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas". Estas palabras, evidenciaron para la organización 'Convocatoria Cívica' -que cuenta con nombres como Baltasar Garzón o Joaquín Sabina, "una clara insensibilidad discriminatoria hacia las víctimas del franquismo" y mostraron su total "rechazo" a las palabras del monarca. Por aquel entonces la Casa Real no quiso pedir disculpas.
Tampoco han dudado en asistir a misas católicas en el papel de Jefes de Estado, en un país que constitucionalmente se declara aconfesional. El monarca no ha dudado en defender la "labor que realiza la Conferencia Episcopal", y en destacar la "necesaria cooperación" entre Iglesia o Estado, excluyendo con ello a otras confesiones como la musulmana o la judía. Los posicionamientos públicos a favor de la Iglesia Católica han sido constantes en una Casa Real que, recordemos, quiere evitar defender a la comunidad LGTBI para evitar cualquier tipo de "agravio comparativo".
Por ello, llama la atención que los Reyes no hayan movido un dedo en defender a la comunidad LGTBI cuando no tienen problema en posicionarse públicamente contra la Memoria Histórica o a favor de la Iglesia Católica. Y no olvidemos la defensa que Juan Carlos hizo de Felipe González, acosado por los casos de corrupción que le rodeaban. Y sí, todo fue bajo chantaje. Por todo ello, la respuesta de la monarquía es totalmente injustificada.