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Longyearbyen, la isla noruega donde está prohibido morirse

Por ley, se prohíbe a sus habitantes morir en esta ilsla situada en el Ártico.

España, país de sol y playa. O al menos así figura en el imaginario de aquellos a los que denominamos "guiris" que año tras años eligen nuestro país como destino vacacional. Y la verdad que razón no les falta, ya que al ser el país situado más al sur de la Europa Occidental nos permite disfrutar de un clima más amable por mucho que nos quejemos en invierno. Ni de cerca nos acercamos a las temperaturas gélidas que atraviesa la isla protagonista de esta noticia.

Noruega es un país escandinavo y como tal se encuentra muy próximo a las zonas árticas del planeta. Dentro de este país nos encontramos con un grupo de islas que conforman el archipiélago Svalbard que se encuentran directamente en el Océano Glacial Ártico. Una de estas islas es Longyearbyen, una pequeña isla que tiene una población de tan solo 2.000 habitantes dedicada principalmente a la minería, aunque el territorio adquiere una especual importancia por su sede de la UNIS donde se realizan importantes investigaciones científicas.

Sin embargo, lo más curioso de esta isla es una particular norma: sus habitantes tiene prohibido morir allí. Una prohibición que parece bastante extraña, no obstante, tiene su explicación científica. Longyearbyen se encuentra tan al norte del planeta que no posee más que dos estaciones, invierno y verano y cada una de ellas tiene la peculiaridad de que son seis meses de noche continua y seis meses de día perpetuo. Aun así, su verano no es precisamente cálido pues raramente asciende de los 5ºC.

El cementerio de Longyearbyen no acepta mas residentes
"El cementerio de Longyearbyen no acepta mas residentes"

Precisamente es este frío la razón de esta prohibición. El motivo radica en que estas temperaturas ayudan a que los cuerpos sin vida se mantengan sin descomponerse. El hielo y el frio ayudaba a conservar los cadáveres y en el año 2000 algunos científicos llegaron a recuperar tejido orgánico de fallecidos en 1917. Aquel año se dio una gran epidemia que prácticamente acabo con la vida de todos los habitantes de la isla.

Este descubrimiento dejó claro que los actuales residentes de Longyearbyen convivían con un virus mortal que hace un siglo acabo con centenares de vidas por lo que se decretó que en el cementerio local no acogería más huéspedes por seguridad. Tal es la prohibición que en caso de que un habitante sienta que le queda poco tiempo de vida deberá viajar a la capital para poder recibir el mejor tratamiento y si tiene que fallecer lo haga fuera de la isla.

Longyearbyen, solo para quien pueda sobrevivir

Longyearbyen, un paraíso helado
"Longyearbyen, un paraíso helado"

La isla, a pesar de su cruento clima también es un lugar que acoge centenares de turistas. No es un destino como Benidorm para los ancianos, ya que ni siquiera la isla tiene residencias de ancianos por la ley antimuertes, pero sí que atrae a muchos curiosos que quieren observar una fauna interesante como la de los osos polares, que por suerte si tienen temperaturas que son beneficiosas para ellos, o poder observar uno de los fenómenos más maravillosos del planeta: la aurora boreal.

A pesar de lo que pueda parecer también un lugar inhóspito que no se quiera ir a vivir lo cierto es que poder disfrutar de estos parajes no es algo sencillo. Longyearbyen no deja que cualquier persona viva en sus tierras, el habitante que quiera hacerlo deberá demostrar que tiene un trabajo fijo y así demostrar que es capaz de sobrevivir en la isla y en última instancia, por supuesto, no morir.

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