Un grupo de investigadores de la Facultad de Farmacia de Medwey ha contribuido a aislar, por primera vez, el virus Lloviu (LLOV), un pariente cercano al virus del ébola, que fue localizado por primera vez en murciélagos muertos en una cueva de la localidad asturiana de Llovio, según el estudio publicado en Nature Communications. Este virus tiene capacidad potencial de infectar a humanos y de replicarse en sus células. Por ello, se urge a realizar estudios inmediatos de patogenicidad y antivirales.
Este patógeno forma parte de la familia de los filovirus, en la que también se enmarca el virus del Ébola. Mientras saque el Ébola (incluidos otros filovirus, como el virus de Marburgo) solo se dan de forma natural en África, el Lloviu se ha descubierto en Europa.
El filovirus LLOV fue identificado a través de su material genético (ARN) en 2002, en murciélagos de Shreiber en una cueva asturiana que le dio su nombre y donde hallaron múltiples murciélagos muertos. Posteriormente, también se detectó en la misma especie en Hungría.
Este virus zoonótico, que circula entre animales y humanos, hace que sea de interés para la salud pública de todo el mundo, ya que existe una estrecha relación con los animales en la agricultura, así como compañeros y en el entorno rural. A ello, se suman otros factores, como la destrucción e invasión de los hábitats naturales de muchas criaturas salvajes.
Para comprender su gran incidencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que "las zoonosis comprenden un gran porcentaje de todas las enfermedades infecciosas recientemente identificadas, así como muchas de las existentes".
Pandemias y capacidad de infección en humanos
Los hallazgos en este sentido indican la necesidad de continuar con futuras investigaciones para hacer frente a una posible nueva pandemia y las herramientas necesarias parta hacer frente a este nuevo desafío para la salud pública.
Simon Scott y el doctor Nigel Temperton, de la Unidad de Pseudotenia Viral (VPU) de la Facultad de Farmacia de Medway, formaron parte de un equipo dirigido por Gábor Kemenesi, de la Universidad de Pécs/Laboratorio Nacional de Virología de Hungría.
Se realizaron experimentos de detección de anticuerpos utilizando sueros de murciélagos como parte del estudio, incluso antes de aislar al propio virus. Este aislamiento finalmente se realizó en el laboratorio húngaro a partir del último murciélago que dio positivo a LLOV.
El equipo ha descubierto ahora que el Lloviu tiene potencial de infección en células humanas y también de replicarse. Por ello, se plantea la preocupación por una posible transmisión generalizada en Europa y se urge a la realización de estudios inmediatos de patogenicidad y antivirales.
El trabajo también reveló que no hay reactividad cruzada entre los anticuerpos del LLOV y el Ébola, por lo que las vacunas existentes contra el Ébola no podrían emplearse contra el Lloviu, en caso de que este virus se transmitiese al hombre.
Scott afirma que "es vital que sepamos más sobre la distribución de este virus y que se investigue en este ámbito para evaluar los riesgos y asegurarnos de que estamos preparados para posibles epidemias y pandemia".
De la investigación se desprende un importante vacío de conocimientos sobre patogenicidad, huéspedes animales y transmisibilidad de los virus recién descubiertos. La financiación de la Academia Británica ha permitido a Scott crear un consorcio de virólogos europeos de murciélagos, aprovechando la experiencia en este campo, desde la ecología hasta la virología.
El grupo se propone llevar a cabo nuevas investigaciones esenciales en toda Europa sobre los riesgos del virus Lloviu para los seres humanos, así como otras familias de virus, como los coronavirus o los lisavirus (rabia), que tienen a los murciélagos como huéspedes.