Este año 2022 ha sido el tercero en el que hemos convivido con la pandemia. La tasa de vacunación es muy amplia y las restricciones prácticamente nulas, algo que no ha impedido mantener una incidencia muy reducida de coronavirus y a los hospitales liberados de la fuerte presión asistencial vivida durante los últimos años.
A pesar de todo, el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas trabajan para hacer frente a la octava ola que se espera para otoño e invierno. Las previsiones son que el incremento de la circulación del virus sea parecido al de la séptima ola, con muchos contagios pero sin prácticamente casos graves, salvo entre colectivos como personas inmunodeprimidas y mayores con problemas de salud asociados.
Las vacunas se convierten, nuevamente, en la herramienta básica para combatir la incidencia del virus, junto a otras medidas cada vez más difíciles de hacer cumplir, como el uso de la mascarilla en transporte público. Por el momento, la cuarta dosis tan solo está indicada en pacientes mayores de 60 años y algunos enfermos crónicos para los que la infección pueda suponer un grave riesgo.
Se espera que la cuarta dosis de la vacuna se comience a inocular a partir del próximo 26 de septiembre. Esta es la fecha que han acordado Sanidad y las Comunidades Autónomas en una reunión de la Comisión de Salud Pública. Los mayores de 80 años y personas en residencias serán los primeros en recibirla, y luego la edad irá descendiendo hasta los 60 años. Los menores de esta edad sanos no están indicados para recibir la vacuna. No se prevén nuevas aperturas de vacunódromos y se prevé que se realice todo el operativo en los centros de atención primaria.
Pfizer y Moderna
Las vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) son las "adaptadas de las versiones originales de Comirnaty (Pfizer-BioNTech) y Spikevax (Moderna) para proteger frente a la subvariante ómicron BA.1, además de frente a las formas iniciales del SARS-CoV-2?, según señaló en un comunicado.
Estas vacunas son adaptaciones de las originales frente a las nuevas subvariantes del virus y se prevé que no eviten nuevos contagios, aunque estos serán más leves y reducirán las hospitalizaciones y evitarán millones de muertes. No son vacunas estilirizantes, por lo que sí sigue habiendo riesgo de contagio.
Por el momento, se mantendrán estas dos vacunas, las llamadas de ARN mensajero, de forma que se han descartado otras como AstraZeneca y Janssen, que utilizaban otros sistemas más tradicionales, pero que causaban más efectos secundarios en los pacientes. Sin embargo, las farmacéuticas siguen investigando nuevas vacunas para ser utilizadas específicamente como dosis de recuerdo. Entre ellas, se encuentra la española Hipra, a la que la Comisión Europea prevé comprar 250 millones de dosis y que por el momento se encuentra en las últimas fases de desarrollo para obtener la aprobación de la EMA.