Casi todos lo han bailado, pero hay que reconocerlo: el reggaeton no es una música que contribuya especialmente a la igualdad entre hombres y mujeres... más bien al contrario. Bastante "más bien al contrario". Aturdidos por el 'vibrante ritmo latino' nos perdemos perlas de este estilo: "yo sé que tú quieres senda clavá, yo sé porque tú andas con la chocha apretá", "eso es, esto es pa pasar el rato, dale mueve ese culo pa meterte el aparato" o el más bestia "si sigues con esa actitud voy a violarte" -sic-.
Unas perlas machistas que bien podría haber tenido en cuenta Vox para el Día de la Mujer y que son, cuanto menos, insultantes para la mitad de nuestra sociedad. Pero no, hay muchas mujeres que no han querido desistir del ritmo latino sin aprovechar a reivindicar sus derechos y lo cierto es que su labor puede tener unos resultados muy provechosos.
Algunos de los ejemplos más sonados han sido Ivy Queen en Puerto Rico o las K-narias en España, pero hay alguien que ha despuntado sin duda: Ms Nina. ¿Ms Nina? ¿No te suena? Escucha un ratito esto:
'Claro que sí guapi', sabemos que ahora te suena y mucho. Ella es la responsable de crear esa maldita canción que no eres capaz de quitarte de la cabeza. Pero a parte de haberte echado unas risas, Ms Nina ha conseguido hacer activismo feminista de la manera más insospechada: con reggaeton.
Bienvenida Ms. Nina
La cantante ha sido una de las pocas en nuestro país en atreverse con este género. Nacida en Argentina hace 25 años, Jorgelina Andrea Torres no se ha cortado ni un pelo. Comenzó en Tumblr con una galería de arte kawaii -lo que vendrían a ser creaciones muy 'cuquis'- y ha terminado gritando ante el micrófono "soy tu sicaria" en todo un alegato contra los roles de género y la igualdad en las tareas del hogar. ¿Lo mejor de todo? ¡Ha conseguido que quede bien!.
"¿Por qué un tipo puede hablar de sexo y si lo dice una tía es una puta?", ha querido revindicar esta artista, que critica que la sociedad vende una idea de la mujer "en la que todo es rosa, bonito y purpurina, cuando no es así".
Define su música como "feminista, divertida, libre y un poco cani" y lo mejor de todo, lo hace sin ningún tipo de complejo. "Puedo decir lo que quiera de la vida y del sexo. Y lo que haga es mi problema", afirma Ms. Nina, que se aleja de un esterotipo de mujer sumisa muy característico en el reggaeton.
Cuando Ms. Nina no canta, vuelve a ser Jorgelina Andea Torres, una mujer que trabaja como camarera de un restaurante de comida argentina y española en Motril. A pesar de ello, ha sabido combinar su trabajo con su gran pasión: "siempre me interesó la música. Hace dos años conocí a la Favi cuando vino a España y me propuso grabar una canción en un estudio. Hicimos 'Pesao', que es superfea y escribimos 'Chupa' -que le encumbró a la fama-, pero nunca la sacamos. Hace un año, en la feria de los Libros Mutantes, vino Chico Sonido, nos conocimos, escribí partes nuevas y la grabamos", relataba Ms. Nina en El Confidencial.
Y ha aprovechado para asegurar que los que critican el reggeaton pecan de postureo, aunque el género "poco a poco va creciendo", algo que atestigua Spotify, que lo ha encumbrado hasta el tipo de música más escuchado en nuestro país.
Para ella, el reggaeton es una simple vía para disfrutar y reírse y considera a este tipo de música como la más indicada para salir de fiesta. Pero no es consciente de que ha descubierto un filón muy importante para los derechos de las mujeres: lograr que el mensaje de libertad sexual e igualdad cale y sea atractivo para los más jóvenes. Algo muy interesante, teniendo en cuenta que en 2016 creció hasta un 10% los casos de violencia de género entre menores.
