Más de 130 afectados, varios abortos y hasta dos muertes: el brote de listeriosis que encendió la alerta en Andalucía ha llegado hasta tal punto que la Consejería de Salud regional ha ordenado la retirada de todos los productos cárnicos comercializados por Magrudis, propietaria de La Mechá, donde se inició el brote.
La listeria es la bacteria responsable de esta enfermedad, que contamina alimentos crudos y que, al consumirse, provoca síntomas como fiebre, dolores de cabeza o diarrea. Un cuadro que, en principio, no revisten gravedad, aunque sí puede ser más agresivos en personas más vulnerables, como ancianos, bebés o mujeres embarazadas.
La Listeria monocytogenes es una de las bacterias más temidas por la industria alimentaria. Su ubicuidad y resistencia, además de la capacidad para formar ecosistemas bacterianos en distintas superficies y su alta tasa de mortalidad, la convierten en un peligro constante.
En este caso se trata de una carne mechada contaminada —aunque los alimentos que se han ordenado retirar no son solo de este tipo, sino todos los productos cárnicos comercializados por Magrudis, propietaria de La Mechá, donde se inició el brote —, pero no es lo único con lo que hay tener cierto cuidado. La bacteria listeria no solo se encuentra en este producto, sino que hay otros muchos que los grupos de riesgo -embarazadas, niños, ancianos y personas con el sistema inmune deprimido- deben evitar.
El Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC) señala que "ahora, los brotes de listeria generalmente están vinculados a productos lácteos, frutas y verduras, mientras que los brotes de infecciones por listeria en los años 90 estuvieron vinculados principalmente a embutidos y salchichas". De hecho, es mucho más habitual que esta bacteria contamine alimentos crudos que suelen estar sometidos a procesos térmicos para, entre otras cosas, acabar con microorganismos como la listeria o la salmonella.
"La listeria se puede encontrar en muchos alimentos como, por ejemplo, el pescado ahumado, el queso (especialmente los blandos) y los vegetales crudos", advierte la Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria (Aecosan).
Alimentos a los que debemos prestar especial atención
1 Quesos blandos
Los quesos blandos como el queso fresco, el Brie, el Camembert, los quesos azules o el queso feta son lácteos en los que puede proliferar la listeria. Según el CDC, "se estima que es entre 50 y 160 veces más probable que los quesos blandos hechos con leche no pasteurizada causen una infección por listeria que si están hechos con leche pasteurizada".
2 Verduras
Los vegetales suelen ser otro grupo de alimentos habitual en el que prolifera este microorganismo. Además, la listeria es capaz de sobrevivir y multiplicarse durante los procesos de refrigeración en los que otras bacterias como la Salmonella o E. Coli fenecen. En el caso de germinados como los brotes de soja, por ejemplo, son especialmente peligrosos ya que necesitan condiciones cálidas y húmedas para crecer, el caldo de cultivo perfecto para bacterias alimentarias.
3 Melón
Ojo también con el melón y las frutas que nos venden ya cortadas y refrigeradas. En el caso del melón, lo mejor es consumirlo recién cortado y refrigerar el resto de inmediato. Si pasan siete días sin consumirlo, aunque haya estado en la nevera es preferible desecharlo. Lo mismo ocurre si lleva más de cuatro horas a temperatura ambiente. Tal y como apunta Aecosan, la contaminación existente en la piel puede trasladarse al cubierto y de ahí al interior del alimento. Por esta razón, aparte de lavar con agua la fruta, el organismo recomienda sumergirlas durante cinco minutos en agua potable con una cucharada de lejía y después aclararlas con agua corriente.
4 Patés, fiambres y salchichas
Se recomienda que el líquido de la carne o de los paquetes de salchichas, por ejemplo, no entren en contacto con otros alimentos, utensilios o superficies de preparación de alimentos como las tablas de cortar.
También se recomienda que el consumidor "guarde los paquetes abiertos y las carnes cortadas en la carnicería durante un máximo de tres a cinco días en el refrigerador".
A los grupos de riesgo se les recomienda evitar estas carnes a no ser que sean calentadas adecuadamente antes de ser consumidas: "No coma ni los patés ni las carnes para untar refrigeradas que se encuentran en la sección de embutidos o carnes para sándwich de las tiendas de comestibles ni los que se encuentran en la sección de alimentos refrigerados. Los alimentos que no necesitan ser refrigerados, como los patés o las carnes para untar enlatados o no perecederos, son seguros para comer. Refrigérelos después de abrir el envase".
5 Pescado y marisco ahumado
Tal y como explica el CDC, no todos los pescados y mariscos que podemos encontrar en el supermercado son susceptibles de tener listeria: "No se considera que el consumo de atún, salmón y otros productos de pescados enlatados y no perecederos aumente sus probabilidades de enfermarse por listeria", dice el organismo. En cambio, hay otras conservas que sí lo hacen: "Algunos alimentos enlatados (pescados y mariscos ahumados como el salmón, la trucha, el bacalao, el atún o la caballa) tienen una etiqueta que dice 'manténgase refrigerado'".