Lo que algunos medios de comunicación presentaron como una protesta vecinal contra los menas era, en realidad, una concentración auspiciada por grupos neonazis y amparada en un bulo: una supuesta violación a una niña de 13 años en el barrio de Las Rosas perpetrada por un niño extranjero.
Una noticia completamente falsa: no hay víctima, atestado policial, testigos, policías denunciantes, acusados, denunciante... no hubo violación. Todo fue inventado en un grupo de WhatsApp de extrema derecha y corrió como la pólvora por diferentes grupos vecinales del distrito de San Blas-Canillejas y su entorno.
El bulo pudo terminar en tragedia, si no se quiere calificar ya de esta manera. Los grupos neonazis se vieron amparados para acosar a estos jóvenes impunemente. Dos de ellos, pertenecientes a la organización neonazi Bastión Central, no pensaron que los menores iban a defenderse de sus ataques. Uno de los neonazis continua en el hospital.
Estos militantes de extrema derecha responden, supuestamente, a las órdenes de un histórico cabecilla ultra, Alberto A.C., que ahora se ha alzado como portavoz de la acusación particular contra los menores, como publica ABC.
Manifestación en San Blas contra los 'menas' tras la brutal agresión sufrida por dos vecinos y el aumento de robos. ¿Sigue pensando la Sra. @IdiazAyuso que denunciarlo es populismo? https://t.co/WNNX3ok5BA
— Rocio Monasterio (@monasterioR) October 15, 2020
Este individuo, de 42 años, es un viejo conocido de la Brigada Provincial de Información del Cuerpo Nacional, puesto que cuenta con una larga ficha con antecedentes. Ha participado en formaciones neonazis durante las últimas dos décadas, como Movimiento Social Republicano (MSR), Nación y Revolución (NyR) y Movimiento Patriota Socialista (MPS).
Antecedentes penales
Es conocido, por ejemplo, por involucrarse en una revuelta vecinal violenta para expulsar a ciudadanos por el simple hecho de contar con nacionalidad rumana. Además, tiene antecedentes penales: en 1995 por una agresión con arma blanca, en 1998 por exhibir símbolos anticonstitucionales al aterrizar en la ciudad alemana de Bonn junto a otros Ultras Sur y en 2002 a causa de las agresiones a fotográfos en los aledaños del Bernabéu tras el estallido de un coche bomba colocado por ETA.
Además, ha pasado dos veces por la cárcel, de manera residual. Entre julio de 2000 y febrero de 2001 para cumplir arrestos domiciliarios los fines de semana en el penal de Valdemoro por un delito de lesiones. Y, diez años más tarde, del 20 al 26 de abril de 2010, por intentar quemar un bar junto al coliseo madridista lanzando bengalas.
Su implicación activa en el caso evidencia que estaba detrás de las movilizaciones que intentaron recoger el descontento vecinal con el aumento de la inseguridad vecinal en el vecindario, que la extrema derecha intenta vincular falsamente con las personas migrantes con el objetivo de estigmatizarlas. La violación que dio estallido a estas protestas, de hecho, fue simplemente un bulo creado por un grupúsculo que terminó blanqueado por VOX.