Desde el viernes, 30 de abril, entra en vigor la Ley 20/2011, registrada en el Boletín Oficial del Estado. Según la publicación, el Libro de Familia dejará de expedirse en formato físico como se venía haciendo en España desde hace un siglo, en pos de la digitalización.
Dado que la digitalización cada vez se convierte en algo aún más cotidiano, a partir de ahora habrá una base de datos virtual y accesible que tendrá las mismas funciones que el Libro de Familia tradicional. Esto ha sido posible después de diez año de modificaciones de la Ley 20/2011.
El texto publicado detalla que se irá incorporando de forma progresiva dado que requiere de formación de personal y preparación del presupuesto. Por lo que no se perderán los efectos vigentes del Libro de Familia, al menos de forma temporal. Aunque sí sea cierto que a partir del 30 de abril ya no se volverán a entregar más libros de familia en formato papel, no perderán validez aquellos ya existentes.
Facilitar todos los procesos
Con el objetivo de crear "un registro individual para cada persona a la que desde la primera inscripción que se practique se le asigna un código persona", como así lo cita la publicación, esta Ley suprime el sistema de división tradicional del Registro Civil. Hasta ahora esto se dividía en secciones, tales como "nacimientos, matrimonios, defunciones, tutelas y representaciones legales".
El motivo principal que se ha expuesto para justificar este cambio es la modernización y digitalización de los procesos burocráticos. Además, esto logrará facilitar a los ciudadanos a realizar los trámites desde cualquier oficina de España, además de obtener certificados vía telemática, entre otras funcionalidades como su acceso en todas las lenguas oficiales.
Acabar con cien años de obstáculos
De esta forma se pone fin al Libro de Familia que llevamos utilizando desde el 15 de noviembre 1915 por orden de Alfonso XIII. Este ha sido uno de los archivos más utilizados para la burocracia familiar y, con el paso de los años, pasó a ser responsabilidad del Ministerio de Justicia y el Registro Civil, donde se tramita.
En general, se ha argumentado mucho respecto a que el formato físico del Libro de Familia solo ha supuesto un obstáculo para ciertos trámites. Algunos de ellos son la tramitación del DNI o pasaporte a un hijo menor de edad, la baja maternal, los divorcios, los matrimonios, procesos de la Seguridad Social o solicitud de plaza en colegios, entre otros.
"El nuevo sistema dará seguridad jurídica, porque el Libro de Familia no siempre daba fe de todos los estados civiles de una persona, ya que a veces no se actualizaban. De ahí, la importancia de las certificaciones literales que se entregan en cada inscripción", han asegurado fuentes del Registro Civil de Málaga para el diario Sur. Tras la modificación, se agilizarán los procesos burocráticos aprovechando las facilidades que nos brinda la digitalización.
