Es conocido que las casas reales europeas están ligas entre sí, generalmente por lazos familiares del pasado. A pesar de que generalmente hay que remontarse mucho tiempo atrás para encontrar estas afinidades, no es complicado encontrar estas conexiones, tal y como sucede entre las familias reales española y británica.
El rey Felipe VI llamaba cariñosamente a Isabel II "tía Lilibeth". No se trataba de un simple apodo, sino que ambos están unidos por lazos de sangre que se remontan al siglo XIX, según informa Europa Press.
El jefe de Estado español y la monarca fallecida este jueves 8 de septiembre mantenían una estrecha relación y el rey utilizaba este apelativo cariñoso para referirse a ella, al igual que también se dirigirá con cercanía a otros miembros de la familia real británica.
Lazos de sangre
Los lazos de sangre entre Felipe VI e Isabel II vienen tanto del padre como de la madre del primero. Los reyes eméritos, Juan Carlos I y Sofía son tataranietos de la reina Victoria de Inglaterra, como también lo eran tanto Isabel II como su marido, el duque de Edimburgo.
En el caso de este último, sus lazos con Juan Carlos y Sofía eran todavía más estrechos, sobre todo en relación a la reina emérita, de quien era tío seguro, ya que el rey Jorge I de Grecia era su abuelo y el bisabuelo de la madre de Felipe VI.
En cuanto al rey emerito, Juan Carlos I, su abuela, la reina Victoria Eugenia, era prima hermana de la madre del duque de Edimburgo, Alicia de Battenberg.