No hace demasiado tiempo las mujeres eran siempre las primeras expulsadas de 'Gran Hermano'. Una maldición que lamentaba habitualmente Mercedes Milá. Una costumbre que, sin embargo, con el tiempo ha ido desapareciendo y ahora son ellas las reinas indiscutibles del formato de convivencia. No solo se han convertido en protagonistas de cada edición, sino también en ganadoras.
Parece claro que son ellas las que manejan las tramas más mediatizadas de cada edición, dejando descaradamente a un lado a los hombres, que han pasado a ser personajes secundarios en una casa gobernada por ellas. Y todo ello a pesar de que el programa ofrece siempre un casting prácticamente igualado en cuanto a número de hombres y de mujeres. Pero, ¿por qué son ellas las que arrasan en 'Gran Hermano'?
Tienen claros sus objetivos
No es fácil participar en 'Gran Hermano' con la inocencia de desconocer en qué consiste el reality o qué estrategias podrían ayudarte a llegar a la final. Es por ello por lo que los concursantes actuales entran resabidos y con la sensación de conocer todos los secretos del concurso. Y, a pesar de que sus primeras intenciones suelen desbaratarse con el paso de los días, lo cierto es que la mayoría de ellos entran con objetivos marcados.
Y es eso mismo lo que les ha ocurrido a las mujeres en los últimos años. Saben muy bien quiénes quieren ser y qué quieren mostrar en el concurso. Están dispuestas a darlo todo, a entregarse por la audiencia, y a ser las protagonistas del reality, aun arriesgo de que sus ambiciosas intenciones les jueguen una la mala pasada. Quieren dejar huella en el espectador y saben cómo hacerlo. Han conseguido, finalmente, desbancar a los chicos y caminan por el reality con un pie por delante de ellos. Ahora mandan ellas.
Son mujeres atrevidas
Están dispuestas a arriesgar para hacer un buen concurso y cada vez se cohíben menos. Ahora toman la iniciativa y, en la mayoría de las ocasiones, son las promotoras principales de las relaciones de amor que nacen en el concurso. Se han convertido en la clase de concursante que más se atreve, que más arriesga. Han dejado de ser políticamente correctas, para convertirse en radicalmente auténticas.
Son conscientes de que el público reclama a concursantes valientes capaces de entregarse al concurso y olvidarse de las cámaras, algo que parece que a los chicos todavía les cuesta asimilar. Ellos son más fríos, más calculadores y menos atrevidas. Ellas son más viscerales, más desgarradoras y más sentimentales, y en un reality de convivencia, la cosa va de sentimientos. Ellas se abren en canal a la audiencia, lloran en el confesionario, admiten sus debilidades y reconocen sus errores. Ellos prefieren pasar desapercibidos los primeros días y suelen ser más cohibidos en sus comportamientos. Quizá por ello, en la mayoría de ocasiones, son ellas las que caen primero y son eliminadas en la primera semana.
Tienen más peso en las tramas
Sin duda, se han convertido en las auténticas protagonistas de 'Gran Hermano'. Han dejado a un lado a los chicos, que han pasado a ser personajes secundarios de sus tramas, y son ellas las que interesan ahora. Podemos hacer la prueba y preguntar a cualquier seguidor habitual del formato por algunos de los concursantes del programa que más recuerde. Seguramente se le vengan a la cabeza tramas más o menos recientes como la de Paula en 'Gran Hermano 15' o Belén Esteban en 'GH VIP 3'.
El programa ha evolucionado para girar en torno a ellas y, de hecho, parece que entre las últimas ganadoras del reality hay un perfil claro que se repite de manera constante: chica joven y más o menos vulnerable que sufre durante el reality, protagoniza las mayores polémicas y, si se ha enamorado, mejor. Y es que, a pesar de que el público demanda una mayor variedad y cierta originalidad entre los perfiles del casting, lo cierto es que en la actualidad, el maletín parece tener dueña desde el principio de cada edición.
Llegan más al espectador
Si entran con objetivos claros, se atreven y se convierten en las verdaderas protagonistas, la consecuencia natural de todo ello es que lleguen más al espectador. Y es que ese es el secreto del concursante que logra traspasar la pantalla, atrapar a la audiencia y hacer que el público se sienta identificado con él. Y en esto, los hombres parecen tener una asignatura pendiente.
En las últimas ediciones, son ellas las que han logrado generar una masa de fans suficiente como para convertirse en las ganadoras indiscutibles del reality. Son mujeres modernas, sin tapujos, sin reservas ni dobleces. Son ellas, en la actualidad, la marca de autenticidad del formato, un componente clave para cualquier reality show.