En las últimas décadas, la comunidad LGBTI ha experimentado un avance significativo en la lucha por sus derechos e igualdad. Sin embargo, a pesar de estos logros, aún queda un largo camino por recorrer. En muchos países del mundo, las personas LGBTI siguen enfrentando discriminación, violencia e incluso la muerte por su orientación sexual o identidad de género.
Un dato estremecedor: en 70 países del mundo, la homosexualidad aún es ilegal. En 12 de ellos, la pena máxima es la muerte. Esta realidad, lejos de ser una excepción, representa una dura lucha para miles de personas que solo buscan vivir su vida con libertad y seguridad.
En estos países la homosexualidad podría incluso suponer la pena de muerte:
- África: Argelia, Burundi, Camerún, Chad, Comoras, Egipto, Eritrea, Esuatini, Etiopía, Gambia, Ghana, Guinea, Kenia, Liberia, Libia, Malawi, Marruecos, Mauritania, Namibia, Nigeria, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Tanzania, Togo, Túnez, Uganda, Zambia, Zimbabwe.
- Caribe: Granada, Guyana, Jamaica, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas.
- Asia: Afganistán, Arabia Saudí, Bangladesh, Brunéi Darussalam, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Irak, Kuwait, Líbano, Malasia, Maldivas, Myanmar, Omán, Pakistán, Qatar, Sri Lanka, Siria, Turkmenistán, Uzbekistán, Yemen.
- Oceanía: Islas Solomón, Kiribati, Papúa Nueva Guinea, Samoa, Tonga, Tuvalu.
La violencia y los crímenes de odio también son una constante para la comunidad LGBTI. En 2023, Amnistía Internacional registró el asesinato de 321 personas trans y de género diverso en todo el mundo. Cifras que ponen de manifiesto la brutalidad y el desprecio que aún existen hacia este colectivo.
Desigualdad en el acceso a la salud y discriminación en todos los ámbitos
El acceso a la salud también se ve afectado por la discriminación. Las personas LGBTI a menudo enfrentan dificultades para encontrar servicios de salud adecuados y culturalmente sensibles, lo que pone en riesgo su bienestar físico y mental.
La discriminación no se limita a un solo ámbito. En el trabajo, la vivienda, la educación y otros aspectos de la vida cotidiana, las personas LGBTI son víctimas de tratos desiguales y exclusión. La falta de protección legal en muchos países agrava aún más esta situación.
El sinhogarismo es la negación del derecho básico a la vivienda, el 35% (encuesta de FRA) de las más de 33.000 personas que lo sufren en España son personas LGTBI+ que, además, son más vulnerables a sufrir incidentes y delitos de odio por aporofobia o LGTBIfobia.
El motivo por el que las personas de la comunidad LGTBI+ se ven en situación de sinhogarismo radica en que, a lo largo de su vida, se ven desplazadas y pierden su red de apoyo. Según una encuesta de la Agencia Europea de Derechos Humanos, el 18% de la población LGTBI+ ha tenido problemas con el acceso a la vivienda y 1 de cada 3 personas trans ha experimentado el sinhogarismo. Con este aislamiento, las personas son más vulnerables a sufrir situaciones de pobreza y así, llegar a vivir en la calle.
Más allá de las leyes y las acciones concretas, los prejuicios y la discriminación social siguen siendo una barrera invisible que pesa sobre la comunidad LGBTI. Estos prejuicios generan aislamiento social, depresión, ansiedad e incluso pueden empujar a las personas al suicidio.
Avances que dan esperanza: pasos hacia la igualdad
A pesar de los desafíos, también hay motivos para la esperanza. En los últimos años, se ha producido un avance significativo en la legalización del matrimonio igualitario. Actualmente, 31 países ya lo reconocen.
En América Latina, el matrimonio igualitario es legal en ocho países y en varios estados mexicanos. Cuba es el país que más recientemente adecuó su marco legal para permitir estas uniones. Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, Ecuador y Costa Rica ya dictaron sus propias leyes al respecto en años recientes. Mientras tanto, España ya cuenta con 19 años de vigencia de los enlaces de personas del mismo sexo. En 2005, dicho país se convertía en uno de los pioneros en reconocer y regular el matrimonio para parejas LGBTQ+, después de que lo hicieran Países Bajos, Bélgica y Canadá.
Cada vez más países adoptan leyes que protegen a las personas LGBTI de la discriminación. La mayor visibilidad de la comunidad y el activismo constante también han sido fundamentales para generar conciencia y exigir cambios.
Si bien los avances son notables, aún queda un largo camino por recorrer. Es necesario seguir trabajando para eliminar la discriminación, la violencia y los prejuicios contra las personas LGBTI en todo el mundo. La lucha por la igualdad y el respeto a la diversidad debe continuar hasta que todas las personas puedan vivir libremente y sin miedo.
Un llamado a la acción: solidaridad y compromiso
La comunidad internacional, los gobiernos, las organizaciones civiles y la sociedad en general tienen la responsabilidad de actuar para proteger a las personas LGBTI. La solidaridad, el compromiso y la lucha constante son esenciales para construir un mundo más justo e inclusivo para todas las personas.