Todos conocemos los efectos mentales que puede llegar a tener una sugestión. Pensar en un hecho con mucha fuerza puede llegar a convertirlo en una realidad. Este fenómeno, como todo en esta vida, tiene las dos caras de la moneda, si bien podemos destinar nuestros pensamientos en cosas positivas, también podemos emplear nuestra mente en cosas negativas. Un claro ejemplo de ello son las personas hipocondríacas, es decir aquellas caracterizadas por una preocupación constante por su salud. Normalmente, aquellos que padecen de este tipo de trastorno nervioso piensan que por acudir al médico van a evitar caer enfermos, pero según un estudio elaborado por la Universidad de Rochester, Nueva York, simular enfermedades puede llegar a ser mortal.
El experimento ha sido realizado únicamente con cobayas, pero según el biólogo Richard Arder, los resultados de su informe pueden ser extrapolados a los seres humanos. Para constatar su hipótesis, alimentó a un grupo de cobayas durante semanas con una mezcla de agua y azúcar. Más adelante, introdujo en la solución una sustancia que causaba náuseas y terminaba matando a las cobayas.
En la segunda parte de este experimento, hay que señalar que un tanto cruel, el biólogo dejó de introducir la sustancia nociva en el agua con azúcar. Sin embargo, las cobayas seguían muriendo al alimentarse de ella, ¿por qué? Estas estaban sugestionadas.
El efecto nocebo
Como hemos señalado, las conclusiones de este experimento también se pueden aplicar a los seres humanos. Es lo que se conoce como el efecto nocebo, un juego sintáctico con las palabras nocivo y placebo.
Dicho efecto se caracteriza por el agravamiento de los signos de una enfermedad, provocado por la expectativa de los efectos negativos de una medida terapéutica. Explicado con un ejemplo: muchos de los pacientes que van a someterse a quimioterapia comienzan a presentar náuseas nada más entrar a la sala del tratamiento, antes de que este se inicie, ya que son conscientes de que las náuseas son una consecuencia de la terapia.
Otro de los ejemplos puede verse desde el caso de la homeopatía, cuando una persona presenta mejorías respecto a una enfermedad porque ha tomado una serie de medidas que le han sido recomendadas bajo el lema "a mi me funciona".
Un ejemplo práctico de el efecto nocebo llevado a cabo con seres humanos fue un experimento realizado con un grupo de escolares japoneses, los cuales habían sufrido con anterioridad sarpullidos de ortigas. Los participantes fueron conducidos a una sala y se les taparon los ojos. A continuación les frotaron con una serie de plantas, que ellos pensaron que eran ortigas, pero lo cierto es que no lo eran. A pesar de no ser vegetales venenosos, los escolares desarrollaron las mismas reacciones alérgicas que presentaron con las hiedras venenosas.
Según Sherwin B. Nuland, autor del libro 'Cómo morimos', acudir al médico cuando nuestra dolencia no es grave, o ni siquiera la presentamos, puede tener un efecto más negativo que si nos hubiéramos quedado en casa. En su obra explica que este fenómeno se vio ratificado con la disminución de la tasa de mortalidad en Los Ángeles, Israel y Colombia durante una huelga médica.
Todo está en el poder de la mente.
