Hay quienes creen que tras realizarse una operación de aumento de pecho, las glándulas mamarias dejan de producir leche y, por lo tanto, no será posible amamantar a un bebé. Pero, ¿cuál es la realidad de esta situación?
El principal problema tras una operación es que la glándula mamaria pueda verse afectada; será entonces cuando no pueda llevarse a cabo la lactancia materna. Pero un aumento de pecho no tiene por qué interferir en dichas glándulas y, por lo tanto, no habría ningún problema.
Cada cirugía es diferente y por lo tanto las afecciones en cada paciente cambiarán. Los posibles cambios que se hacen en cada tipo de intervención en el caso de que la modificación se haga en el pecho son tres:
1 Aumento mamario
En una operación de aumento mamario no se modifica en ningún momento la glándula mamaria ya que el acceso a la mama se realiza desde abajo.
2 Aumento areolar
En este tipo de operación se realiza una pequeña incisión por lo que la porción de glándula mamaria que se ve afectada es mínima y apenas conlleva modificación que afecte a la lactancia.
3 Reconstrucción mamaria
Esta operación es la más compleja ya que en ella es necesario modificar la arquitectura glandular del pecho. En este caso la glándula mamaria puede quedar más o menos afectada en función de la necesidad de reconstrucción.
Cirugía durante la lactancia
La doctora Nélida explica en 20minutos que la cirugía nunca debe realizarse durante la lactancia ya que "el estímulo de la cirugía aumentaría la producción de la leche y puede dar problemas de infección y seromas de leche".
Además, explica que es interesante esperar a realizar una cirugía de aumento de pecho después de la lactancia porque este suele cambiar: hay mujeres que aumentan hasta una talla durante la lactancia y puede ser que, en caso de haberse operado previamente, se planteen una operación de reducción de pecho. Lo mejor es esperar a que la lactancia termine y que el cuerpo vuelva a la normalidad para tomar decisiones.