Las últimas víctimas extranjeras, Fernanda y Vicente, una pareja española de moteros que estaba en ese momento viajando por el norte de la India, denunciaron desde el propio hospital en el que tuvieron que ser atendidos el brutal ataque sufrido.
Magullados y visiblemente alterados por el infierno que acababan de vivir, decían: "Nos ha pasado algo que no deseamos a nadie", explicaba ella, una mujer con pasaporte español y de origen brasileño, a la que acababan de violar una manada de siete hombres tras atacarlos en la tienda de campaña en la que pernoctaban. "Nos han asaltado en la tienda, nos han golpeado, nos han puesto el cuchillo en el cuello, que me iban a matar, y a Fernanda la han violado, siete, siete tíos. ¡Hijos de puta!", añadía él mientras ambos retenían el llanto.
Disturbing reports emerge of a foreign motorcycle rider, #Fernanda, brutally raped by 7 men near Dumka, #Jharkhand, India. This horrific incident underscores the urgent need for action to ensure the safety of all tourists. #EndViolence #JusticeForFernanda #India pic.twitter.com/2zYfgr6Zkq
— Dileep kumar khatri???? (@DileepKumarPak) March 2, 2024
En el estado de Jharkhand
El suceso ha tenido lugar en el distrito de Dumka, en el estado de Jharkhand, a más de 1.300 kilómetros de Nueva Delhi. La Policía ha detenido al menos a tres de los presuntos agresores. Se trata de un "incidente condenable", según el ministro de Jharkhand, Mithilesh Kumar Thakur. "Si se ha cometido un delito, no se perdonará a los culpables", declaraba.
Las autoridades del estado han dado especial relevancia al caso, que ha tenido una gran atención mediática en India. Esto ha sido, en parte, porque las víctimas son dos extranjeros ya que, desgraciadamente, las violaciones son diarias en este país.
Casi cuatro violaciones cada hora
En la India se registran 86 agresiones sexuales diarias, casi cuatro cada hora. El dato es del informe sobre la actividad criminal de 2022, último año del que existen datos. Fueron en total 31.516 casos de violación. Es prácticamente la misma cifra de, por ejemplo, 2019.
Aún peor es en Jharkhand, donde según datos de la policía, entre enero de 2020 y febrero de 2023 ocurrieron 5.255 casos de violación. Este estado, tiene una de las peores tasas de la India: 7,6 violaciones por cada 100.000 habitantes, unas 123 cada mes.
Sin embargo, activistas, organizaciones civiles y analistas creen que la cifra real es mucho mayor ya que muchas no son denunciadas por miedo. Porque en la India a las mujeres se les excluye y castiga solo ya por denunciar, porque las víctimas de violación y sus familias acaban estigmatizadas.
La violación de Nirbhaya, punto de inflexión
Las cosas parecía que podían cambiar en 2012. Aquel año tuvo lugar en Nueva Delhi la salvaje violación y homicidio de Jyoti Singh Pandey, una estudiante de 23 años. Levantó ampollas y supuso un tsunami social y político que cambió todo, al menos legalmente.
Las graves heridas que sufrió tras unas sádica agresión sexual colectiva en un autobús le acabaron provocando la muerte. Un grupo de seis pasajeros, entre los que había un menor, más el propio conductor que se unió a la manada, atacaron a ella y a una amigo que la acompañaba. Al chico le agredieron primero hasta dejarlo inconsciente. Con ella se enseñaron después.
El sadismo con el que perpetraron el ataque sexual los agresores levantó una oleada de protestas por todo el país ante unos hechos que revolvieron conciencias. Todos los culpables fueron detenidos. Cuatro de ellos fueron sentenciados a la pena capital y ahorcados en 2020. El conductor, por su parte, apareció muerto en su celda en 2013 tras lo que no se sabe si fue un suicidio o un ajuste de cuentas.
Las penas, desde entonces, incluyen tribunales de vía rápida para que los casos de violación pasen por el sistema judicial de manera más rápida; una definición enmendada de violación para incluir la penetración anal y oral; y la introducción de nuevas pautas para eliminar la prueba de dos dedos que, supuestamente, evaluaba si una mujer tuvo relaciones sexuales.
En esta última década, las denuncias han aumentado y parece haber nacido una mayor conciencia sobre el tema. Los expertos dicen que la indignación ha ayudado a disipar la vergüenza de hablar de violación. Sin embargo, los casos de agresiones sexuales siguen dándose con una terrible regularidad.