"Me cago en tó tus muertos só desgraciá, ¿tú quién eres peazo puta?", gritaba La Veneno en uno de sus paseos por los platós de programas del corazón sin imaginar que se convertíria en una de las frases más recordadas de la historia de la televisión. Auténtica, espontánea, malhablada y con una vida de lo más desgraciada, Cristina Ortiz siempre ha sido un icono que, tras su muerte, consiguió convertirse en mito.
El 9 de noviembre de 2016, la actriz y cantante murió tras pasar cuatro días en coma en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de La Paz de Madrid, a la que llegó después de ser encontrada en su casa con un golpe en la cabeza. Su cuerpo permaneció un mes en el depósito de cadáveres del Anatómico Forense y se le tuvieron que realizar hasta dos autopsias para esclarecer las causas de su muerte ya que se barajaba la posibilidad de que se tratara de un asesinato. Finalmente se determinó que fue un accidente y fue incinerada el 21 de diciembre.
Conmemorando el aniversario de su muerte, la Junta de Distrito de Moncloa Aravaca instalará una placa en honor a Cristina Ortiz. Según informa Europa Press, se ha producido un "retraso" en la tramitación de la placa, que necesita el visto bueno de Paisaje Urbano, tras su estudio, para ser instalada. Una vez reciban la aprobación, se procedera a encargar la placa e instalarla.
Recogida de firmas para que le pongan una calle a La Veneno
Como homenaje, la asociación Arcopoli ha lanzado una campaña de recogida de firmas para que el Ayuntamiento de Madrid le otorgue una calle a La Veneno. Como opción, piden que sustituya alguna dedicada a figuras homófobas como son los doctores Juan José López Ibor (Distrito de Tetuán) y Juan Antonio Vallejo-Nájera (Arganzuela) "que durante el siglo XX, de forma oficial, sometieron a decenas de homosexuales a tratamientos con electroshocks e incluso lobotomías con la intención de curarles".
De esta manera nuestra ciudad estaría surcada por figuras visibles y libres de odio hacia colectivos minoritarios
La organización LGTBI pretende reivindicar la figura de Cristina Ortiz como mujer transexual "orgullosa": "Cristina fue siempre muy sincera sobre la lucha contra el acoso y las agresiones que sufrió desde su infancia en Adra, su localidad de nacimiento, así como sobre la dura situación familiar que vivió".