Gracias a un grupo de científicos españoles, rusos y alemanes la telepatía está más cerca que nunca gracias a las interfaces neuronales. Que son aquellos dispositivos que permiten controlar otras máquinas y artilugios a través de los pensamientos. Sus uso y experimentación cada vez es más extendido en muchos campos de investigación científica. Ahora, parece que ha llegado el turno al intercambio de información del cerebro de una persona al cerebro de otra.
Este conjunto de investigadores está experimentando con una interfaz neuronal que es capaz de calcular los estados cerebrales de cada sujeto y distribuir una carga cognitiva entre todos los miembros del grupo que realiza un ejercicio común. Cada interfaz realiza un análisis de la actividad cerebral y comparte entre todos los miembros una carga de trabajo en función de su rendimiento cognitivo.
Cargas cognitivas
El experimento realizado en la Universidad Politécnica de Madrid, como relata Telecinco, se trató de dos personas que resolvieron un problema conjuntamente en condiciones de alta carga cognitiva. La comunicación entre ambas se realizó a través de dos interfaces neuronales con una distribución de la carga entre los sujetos, dependiendo de su grado de fatiga cognitiva.
El ejercicio trataba de clasificar imágenes con diferentes grados de ambigüedad que aparecían en una pantalla. Los sujetos se enfrentaban a imágenes muy ambiguas por lo que requería un gran esfuerzo cognitivo a la hora de clasificarlas; además, se le añadió más dificultad debido a la larga duración del experimento, unos 40 minutos, y las ínfimas pausas entre las imágenes. Lo que provocaba que los dos individuos tuvieran que mantener un gran nivel de concentración.
Eficiencia en la resolución de problemas
La primera fase de experimento se realizó de manera individual con cada sujeto al que se le enfrentó contra un conjunto de imágenes de mayor y de menos ambigüedad. Para estudiar sus diferentes redes neuronales: periodos de concentración, fatiga y recuperación en esa carga cognitiva continua.
La segunda fase los dos sujetos fueron interconectados a través de sus interfaces neuronales para enfrentarlos a un conjunto de imágenes entre ellos de acuerdo con su estado cognitivo. El sujeto que se encontraba en un estado de fatiga cognitiva, recibió imágenes con poca ambigüedad; mientras, su compañero, con más nivel de concentración, recibió imágenes con gran ambigüedad, es decir, acarreó la mayor parte de la carga cognitiva.
Este "diálogo" entre los dos cerebros demostró que los sujetos podrían estar en un estado de alta concentración más tiempo, gracias a la distribución de cargas cognitivas y, por lo tanto, aumentar la eficiencia de la resolución de problemas. Así, estas interfaces neuronales cerebro-cerebro son capaces de utilizar de manera óptima el recurso cognitivo común de un grupo de personas para resolver una tarea conjunta.