La desigualdad de género en la industria cinematográfica actual es más patente que nunca. Las actrices mejor pagadas cobran de media un 40% menos que sus compañeros masculinos. De hecho, con el hackeo en 2015 a Sony Pictures se supo que los actores Christian Bale y Bradley Cooper estaban cobrando más que su compañera de cinta Jennifer Lawrence en 'La gran estafa americana'. Desde entonces Lawrence y Emma Watson entre otras, han abanderado el necesario debate por acabar con esta desigualdad. A pesar de que parece una industria controlada por los hombres, poca gente sabe que hubo un tiempo en el que la situación era totalmente la contraria. Hollywood fue impulsado y levantado, principalmente, por ellas. Había más mujeres trabajando y triunfando en el cine en las dos primeras décadas de su existencia que en ningún otro momento desde entonces.
El proyecto Women Film Pioneers ('Mujeres Pioneras del Cine') es una base de datos en línea de libre colaboración y acceso en el que se muestra a los cientos de mujeres que trabajaron detrás de las cámaras en la época del cine mudo. Porque no solo eran actrices. Ellas dirigían, escribían, producían y editaban. El objetivo de este ambicioso trabajo es impulsar la investigación sobre el trabajo de las cineastas desde los primeros años del cine hasta que terminó con la llegada del sonido.
A la conquista del Nuevo Oeste
En pleno siglo XIX, la prensa animaba a los americanos a mudarse a la zona del Nuevo Oeste, decían que era una tierra con multitud de posibilidades. Sin embargo, como pasaba siempre, para las mujeres se reducían a ser la asistente de un hombre. Pero como bien escribía la periodista de cine Louella Parsons en la década de 1920, algo había cambiado: "si la mujer viaja al oeste, no es para coser botones o hacerle la colada a la familia, sino para hacer su propia fortuna", explicaba.
En una entrevista para el Vanity Fair, la historiadora Cari Beauchamp, comentó que fueron las mujeres y los judíos los que construyeron Hollywood ya que eran gente a la que no admitían en otras profesiones consideradas más respetables. A pesar de lo que pueda parecer viendo el panorama del Hollywood actual, el cine en sus inicios se veía como un entretenimiento circense más que como un negocio rentable, por lo que muchos no lo tomaban en serio.
Las mujeres fueron las reinas del cine mudo
Puede que el nombre de Alice Guy-Blaché no te suene de nada, pero fue una figura muy importante para las mujeres en el cine ya que fue la primera fémina en dirigir una película. Trabajaba para la productora francesa Gaumont y en 1896 dirigió 'La Fée aux Choux' ('El hada de las coles'). Guy-Blaché presenció el nacimiento del cine. Produjo y dirigió filmes en Estados Unidos hasta los años 20. Otras grandes personalidades de principios del siglo XX fueron la alemana Lotte Reiniger, cuyo cine 'de siluetas' sentó, en parte, las bases de la animación, Dorothy Arzner, que pasó de ser mecanógrafa a directora o Louis Weber, estadounidense que comenzó trabajando con Guy Blanché y terminó convirtiéndose en la directora mejor pagada de Universal Studios en 1916 y en la única mujer con un puesto garantizado en la Motion Picture Directors Association. De hecho, John Ford (director de Centauros del desierto) trabajó como ayudante de Weber antes de dirigir sus propias cintas.
Estos son solo algunos nombres que vienen recogidos en el portal 'Women Film Pioneers' que deshacen la idea preconcebida de que dirigir una película es trabajo de hombres. Ellas eran y son capaces de realizar el mismo trabajo. Un dato interesante es que entre 1912 y 1919, la gran Universal tenía nada más y nada menos que 11 mujeres directoras. Entre todas consiguieron sacar adelante más de 170 filmes. Está claro que Hollywood estaba dominado por mujeres tanto creadoras y también como espectadoras. La mitad de las películas estrenadas entre 1911 y 1925 las escribieron ellas, y se calcula que más del 70% de la audiencia cinematográfica eran mujeres.
Las mismas mujeres que aparecían en pantalla actuando como jovencitas inocentes e ingenuas románticas eran las que, detrás de la pantalla, cerraban contratos grandes y llevaban la voz cantante tras las cámaras. Por ejemplo, Mary Pickford montó su propia compañía en 1916 y desde entonces produjo todas sus películas, tan solo delegaba el rol de directora "para que ningún detalle de producción lo arruinase todo". Llegó a convertirse en la mujer más poderosa y mejor pagada de la época. Entre el público se la conocía como la primera "novia de Estados Unidos". Además, fue una pieza fundamental en la fundación de United Artists, un estudio cinematográfico que, más tarde, dirigió ella misma.
Cuando los Oscars comenzaron, ellas tenían todo el poder
1930 fue el año en el que comenzaron a entregarse los Oscars y, además, fue el año en el que más premios se entregaron a mujeres, según cuenta la periodista Alicia Corona. Hasta 1937, la mayoría de los nominados en todas las categorías eran mujeres, lo que nos lleva a pensar que, de no ser por la separación de las categorías por géneros, los hombres no se habrían llevado ni un galardón. Pero si comparamos este dato con la media actual, nadie lo hubiese dicho puesto que desde los años 30, el porcentaje de nominaciones a los premios Oscars a mujeres ha ido cayendo hasta el 16%.
Aunque sigue siendo un mundo de hombres, Hollywood es una ciudad de mujeres, una moderna Amazonia gobernada por mujeres hermosas y astutas, que desde sus tronos de glamour despliegan sus estándares de celuloide hasta los rincones más remotos de la tierra
La cita de arriba es de la escritora Laura Beham, quien contaba en un artículo de 1934 que los nombres más importantes en la industria del cine eran entonces de mujer, y que ellas ganaban los mejores salarios. "Una actriz en más que una mujer y actor es menos que un hombre", explicaba Frances Marion, que fue la guionista mejor pagada de la historia.
Sin embargo, con la llegada del sonido a la gran pantalla a finales de los años 20, el panorama comenzaba a cambiar. La gran Louis Weber ya tenía una visión bastante pesimista de las oportunidades para las mujeres directoras. "No lo intentes", "nunca lo conseguirás", eran algunas palabras que les decía a las aspirantes a dirigir. En aquel momento quizá sonó exagerado, pero lo cierto es que, en Universal donde ella trabajaba, no se volvió a contratar a una mujer directora hasta 1982, cuando Amy Heckerling dirigió 'Fast Time at Ridgemont High' ('Aquel excitante curso').
Hasta entonces, eran ellas las estrellas de Hollywood, encontramos grandes figuras como Greta Garbo, Marie Dressler o Joan Crawford, sin embargo, en 1934 Will Rogers ('Barco a la deriva') y Clark Gable ('Lo que el viento se llevó') se alzaron como el prototipo de personajes que iban a dominar Hollywood en las décadas posteriores. El cowboy y el actor principal seductor, el galán del cine.
Era el fin del cine mudo y con él, el fin del imperio de las mujeres detrás de las bambalinas. Incorporar sonido a las películas requería dinero para el equipamiento cada vez más caro y sofisticado. Fue ahí, cuando los grandes magnates de Wall Street vieron ese negocio que estaba naciendo y comenzaron a invertir grandes sumas de dinero. Lo cual exigía más solvencia y menos riesgo. Según el LA Times, eso significaba menos oportunidades para las mujeres que tenían menos autonomía financiera. Para cuando la Segunda Guerra Mundial terminó, la industria del cine ya se había masculinizado, sentando las bases del Hollywood que todos conocemos.
Voy a dejar de buscar la forma "adorable" de dar mi opinión para seguir cayendo bien. A la mierda. No recuerdo haber trabajado para ningún hombre que dedicase tiempo a pensar cómo enfocar su opinión para hacer que se oyera su voz. Simplemente, es escuchada. Jennifer Lawrence.
Hacer un repaso a la historia de Hollywood, nos hace ver que las mujeres han sido y son capaces de sacar cualquier proyecto adelante, siempre y cuando no se les pongan más trabas en el camino de los ya existentes, por ejemplo por su género. Afortunadamente y aunque aún quede un largo recorrido que caminar, parece que poco a poco están volviendo a recuperar ese protagonismo que se merecen tanto delante como detrás de las cámaras. Un ejemplo, es la iniciativa Time's Up, que intenta poner fin al acoso que sufren y conseguir la igualdad de género y racial de la industria.
