En las islas Canarias hubo una época en la que a las mujeres se les permitía casarse con hasta cinco hombres a la vez. La poligamia no estaba legalizada pero sí era algo habitual y permitido entre los isleños. Así lo aseguran varios escritores e investigadores que han redactado sobre la historia de las consideradas como islas afortunadas, según la mitología griega.
Por el contrario, otros narradores aseguran que la monogamia era lo que predominaba entre las costumbres de los habitantes antes de ser conquistadas por los castellanos. Los cronistas de la época posterior a la conquista no llegan a ponerse de acuerdo sobre las preferencias sexuales y matrimoniales de los canarios y las canarias, probablemente por los recelos moralistas que siempre acompañan a este tipo de temas.
Todos los indicios apuntan a que la poliandria (mujer casada con más de un hombre) estaba permitida por los canarios prehispánicos. Es decir: la mujer tenía la libertad de elegir con quién y con cuántos contraía matrimonio, pudiendo deshacerlos y rehacerlos pr´ácticamente a su antojo.
Sin embargo, todas estas suposiciones escritas en la historia canaria anterior a la conquista han sido transmitidas solo por hombres. De entre todos los que relataron las normas de convivencia establecidas en las islas por los antiguos habitantes que fueron conquistados, solo el escritor Pedro de Luján se atrevió a afirmar en 1553 que las mujeres podían relacionarse hasta con cinco hombres y disponer de ellos libremente.
Entre los autores que estudiaron el papel y los quehaceres de la vida diaria de las mujeres canarias se encuentran Torriani, Abréu y Viera y Clavijo o Chil Naranjo, Joao Barros, Andrés Bernáldez, Biedermann, Pierre Boutier, Bartolomé Cairasco de Figueroa, Pedro Agustín del Castillo y Ruiz de Vergara, Jaime Alonso de Sotomayor, Félix Hemmerlin o el mismo Pedro de Luján.
¿Existía la poliandria?
Los argumentos sobre la existencia de la poligamia o la poliandria son contradictorios y la mayoría de ellos van en contra del pensamiento de Luján. Pero se debe de tener en cuenta que estos narradores pertenecían al equipo vencedor de la conquista hispánica o incluso aquellos que relataban la forma de vivir de los canarios habían sido recientemente conquistados.
Chil Naranjo aseguraba que era "imposible" debido a los celos y a las costumbres indígenas. Abréu y Galindo afirmaba en sus escritos que los canarios no se casaban "más que con una mujer", al igual que sucedía con ellas. Torriani, un ingeniero militar de la Corona, llegó a afirmar que la mayoría de las mujeres tenían "tres maridos".
El historiador Álvarez Delgado subrayaba que hubo casos donde existió la poligamia donde un marido se casaba con dos mujeres. Sin embargo, no hace referencia a Canarias sino a las relaciones entre los pastores "cheljas" del sur de Marruecos.
Por el contrario, el militar Antonio Cedeño escribió sobre los últimos tres reyes o guanartemes de Gran Canaria asegurando que era habitual que los gobernantes políticos de la época de la preconquista fueran fieles a una sola mujer, aunque "por razones de economía doméstica" esa fidelidad se desvaneciera en ocasiones.
Engordadas para aumentar su fertilidad
Viera y Clavijo relataba que las mujeres canarias eran engordadas antes de las bodas para aumentar así la fertilidad. Según este escritor, los antiguos canarios aseguraban que los vientes pequeños no podrían albergar bebés robustos.
Es por ello que en los yacimientos arqueológicos de las islas, a la mujer se la representa en estatuas obesas. Algunos historiadores aseguran que este tipo de rituales formaba parte de la cultura bereber.
Delgado Álvarez detallaba en sus estudios todos los quehaceres de las mujeres canarias antiguas en el seno de sus familias: hacer la comida; limpiar; atender a los hijos; ordeñar dos veces diarias al ganado; sembrar los campos abiertos por los maridos; recoger las cosechas y las frutas; moler los granos... entre una variedad de tareas.
El primer cronista de la isla de Tenerife, Fray Alonso de Espinosa, aseguraba en referencia a estos quehaceres que existían normas muy estrictas para los hombres sobre las relaciones fuera del matrimonio como compensación por el esfuerzo diario en las tareas de sus esposas.
Los conquistadores hispánicos aseguraron en sus textos y en las noticias recogidas en Gran Canaria y Tenerife, según informa el diario 'ABC', que los antiguos monarcas tenian pocos hijos y prevalecía la monogamia en su estilo de vida. Álvadez Delgado afirmaba que frecuentemente se casaban con familiares cercanos y esto daba lugar a matrimonios con pocos hijos o "infecundos".
Sin embargo, estos relatos contrastan con los de Bernaldez Táles (1510); Marineo Sículo (1530); Juan de Barros (1552); López de Gómara (1555) y Francisco de Thámara (1556). En todos sus textos, según 'ABC', los antiguos canarios se casaban con muchas mujeres y se separaban cuando querían.
Sea como fuere, la conquista de las islas acabó con la cultura guanche para dar comienzo al desarrollo de la cultura y las costumbres hispánicas que han perdurado por el resto de los siglos, desde que la isla de Tenerife cayera la última en manos de las tropas castellanas en 1496.